Ponle un alto al estrés

Javier Renán García Maldonado: Ponle un alto al estrés

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El estrés es una respuesta del organismo a algo imprevisto, ya sea agradable o desagradable. Esta respuesta es necesaria para la supervivencia ya que nos ayuda a defendernos cuando nos encontramos en una situación amenazadora; así que el estrés no es del todo malo o dañino, de hecho, cuando aparece por periodos cortos no representa mayor riesgo. Pero en los últimos tiempos, cuando escuchamos esta palabra, de inmediato la asociamos a circunstancias desagradables, cargadas de angustia y ansiedad. Lo cierto es que el ritmo de vida es, en gran medida, el responsable de que estemos en constante estrés.

Es en el cerebro donde se produce la respuesta, se liberan diferentes hormonas, entre ellas el cortisol, el cual manda la señal para que el organismo produzca más energía y pueda manejar el estrés. Estos cambios son casi imperceptibles para nosotros; de lo que si nos percatamos es de la aceleración tanto del pulso como de la respiración y de cómo se tensionan nuestros músculos. Cuando la emergencia desaparece, los niveles hormonales y los procesos fisiológicos vuelven a la normalidad, el problema es cuando el cuerpo permanece en estado de alerta.

El sistema inmunológico es el primero en sufrir las consecuencias del estrés. Recordemos que el sistema inmunológico es la defensa natural de nuestro cuerpo para combatir las enfermedades, pero cuando una o varias hormonas (como el cortisol) se alteran, pueden provocar serios problemas en este sistema.

Cuando el estrés se vuelve sostenido, prolongado y rebasa los mecanismos de adaptación repercute en la respuesta de defensa, es decir, disminuye la capacidad inmunológica. Este es el llamado estrés crónico el que puede durar semanas, meses, incluso años y es el que desencadena serias complicaciones en la salud. Los síntomas del estrés pueden variar de una persona a otra, pero entre los primeros síntomas que suelen aparecer están los dolores de cabeza, problemas para conciliar el sueño, fatiga, colon irritable, pérdida de cabello, cambios de humor y psicodermatosis, ya que la piel se defiende ante el estímulo externo y es común que aparezca una dermatitis.

De acuerdo con estudios clínicos, también se ha demostrado que el estrés crónico aumenta la vulnerabilidad de padecer ansiedad y depresión. De igual forma, nuestro organismo es más susceptible a desarrollar enfermedades autoinmunes, alergias, infecciones de tipo viral, así como obesidad y diabetes; todo esto debido a que disminuye la respuesta del sistema inmunológico. El estrés crónico altera en todos las aspectos la vida de la persona que lo padece.

Ante la actual pandemia existen algunas recomendaciones: 1). Tomar con alegría el trabajo y no sentirlo una carga, sino disfrutarlo porque nos permite aprender y crecer como personas; 2). Organizar mejor nuestro tiempo para no andar con tensión al no priorizar nuestras actividades y estar listos para imprevistos; 3). Llevar una alimentación balanceada. Los antioxidantes son excelentes para combatir el estrés; 4). Ten un sueño reparador, porque permite que el organismo se relaje y recupere las energías; 5). Mantén las relaciones sociales. Aun ante este encierro busquemos espacios para compartir con los amigos y parientes; y 6). Realiza una actividad relajante. La idea es que practiques en tu casa una actividad personal en donde tu mente y tu cuerpo se conecten en equilibrio.

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