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La labor del reportero muchas veces implica sensibilidad y empatía. En el día a día, estos profesionales suelen toparse con historias difíciles que mueven las fibras de cualquiera. Es ahí cuando el trabajo del reportero puede tener la fuerza de dar a conocer una buena historia y así ayudar a quien lo necesita. Hoy les dejo la nota de la familia Caamal, narrada para la versión web de Novedades Yucatán por el compañero Adán Escamilla:

La tragedia se ensañó (este martes 23) con la señora Verónica Caamal. Esta mañana acudió afligida al entierro de su hermano, y cuando regresó a su casa en la colonia Nora Quintana descubrió que ésta se había incendiado y prácticamente perdió todo su patrimonio.

Sin embargo, ningún integrante de su familia resultó lesionado. Al ocurrir el siniestro, dentro de la casa estaba su hijo, Luis Ángel Caamal Pérez, de 14 años de edad, quien logró salir junto con sus dos sobrinos, nietos de la mujer, de dos y cuatro años de edad.

Según nos platicó el adolescente, él dormía esta mañana y empezó a sentir demasiado calor. Al abrir los ojos vio que se quemaba la habitación delantera de su vivienda, en el número 555 de la calle 142 con 63-B de la Nora Quintana, en donde jugaban sus dos sobrinitos. Asustado se asomó para ver si no les había pasado nada, pero el fuego le impedía acercarse.

Al ir al patio atravesando la cocina vio que los niños estaban ahí, asustados, así que los sujetó y fue por el pasillo para tratar de saltar la reja y ponerse a salvo. Vio entonces que se acercaban unos vecinos, logró salir a la terraza y se lastimó una pierna al tratar de abrir por la fuerza la puerta principal.

Regresó entonces el adolescente a la parte trasera y observó que el fuego ya estaba consumiendo prácticamente toda su vivienda, y echó algunos cubetazos de agua, pero era inútil.

Al salir de nuevo a la parte delantera vio que los vecinos se organizaban, ya habían abierto la puerta principal y echaban uno tras otro cubetazo de agua hasta que llegaron los bomberos para echar una mano y se logró entonces controlar la situación y enfriar la vivienda.

Se quemaron dos camas, muebles de sala, televisor, muebles diversos y el refrigerador, entre otras cosas. Cuando llegó la señora Verónica Caamal del entierro de su hermano y vio lo ocurrido, sufrió una crisis nerviosa, pero descubrió que su familia estaba a salvo.

Acudió esta misma tarde (martes) a la Sedesol y al Palacio de Gobierno para manifestar lo ocurrido y ver si le podían ayudar, pero además le pedimos un número telefónico por si hay gente que quiera sumarse a estas acción. El número es 9996-35-05-47, y es de Ángel Iván Caamal, otro de sus hijos. ¡Hay que apoyar!

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