Durante todo el siglo XX los habitantes de Yaxcabá tenían una certeza, el vecino pueblo de Sotuta era su enemigo, o por lo menos, su más ferviente competidor. Esto era un rumor, aunque tan solo unas décadas atrás era una verdad conocida por todos los rumbos de Yucatán. Existen varios relatos sobre sus enfrentamientos, la mayoría de ellos son ciertos y tienen su origen en la vida política del siglo XIX.

Yaxcabá y Sotuta se sitúan en un espacio estratégico de la geografía yucateca del siglo antepasado, de acuerdo a los usos de aquel tiempo, estas dos poblaciones marcaban el límite entre el oriente y el centro del Estado. Se trataba de una zona de alto tránsito, de gran producción maicera y con una creciente importancia política. Ambas localidades reclamaban para sí el nombramiento de cabecera de partido, categoría política que les otorgaba mayores dotaciones económicas y las erigía como la autoridad política de la región.

Uno de los principales intelectuales del siglo XIX, Rodolfo Menéndez de la Peña, ilustró elocuentemente las dimensiones que alcanzó el conflicto: “[Yaxcabá y Sotuta] venían a ser, en lo pequeño, lo que Mérida y Campeche fueron en un extenso campo de vida civilizada y de políticas luchas. La Roma y el Cartago de este restricto mundo yucateco, se observaban como dos combatientes próximos a exterminarse”. Los vaivenes de la política favorecieron el nombramiento de Sotuta como cabecera de partido, designación que mantuvo durante casi todo el siglo. Los bandos y filiaciones políticas marcaron la historia de estos pueblos bajo el sistema republicano.

Yaxcabá perdió en la lid política, tan solo por breve tiempo recibió el nombramiento de cabecera de partido, esto fue durante la década de 1840. Aquellos años fueron convulsos, Yucatán se forjó una identidad separatista e inició la contienda entre federalistas y centralistas, se notó el germen de la Guerra de Castas. Estos acontecimientos no disminuyeron la enemistad, por el contrario, la disputa entre Santiago Méndez y Miguel Barbachano por la gubernatura de Yucatán se reproducía en este pequeño espacio. En 1843 José María Díaz y Tiburcio Díaz, de Yaxcabá, lideraban a los partidarios de Santiago Méndez, y en Sotuta, Domingo Antonio Bacelis y José Dolores Pasos, encabezaban a los seguidores declarados de Miguel Barbachano.

El partido de Yaxcabá existió 6 años durante todo el siglo XIX, desapareció en 1846 y la comunidad se integró al naciente partido de Sotuta. Estos cambios solo consiguieron hacer más notorias las discrepancias y recelos entre ambos poblados, en opinión de algunos “el gobierno del estado no meditaba verdaderamente sus medidas y hubiera podido creerse que un genio fatal las inspiraba para contribuir á la ruina de [estos] dos pueblos que veían salir el sol al mismo tiempo”.

Durante lo que restó del siglo y las primeras dos décadas del siglo XX, Yaxcabá formó parte de la demarcación política de Sotuta, solo la Revolución socialista pudo transformar este panorama.