La Academia de la Lengua Maya: origen, proyectos y críticas

Joed Amílcar Peña Alcocer: La Academia de la Lengua Maya: origen, proyectos y críticas.

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Corría el primer semestre de 1937 cuando llegó a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM un rumor bien fundado desde Yucatán, el gobernador Víctor Palomo Valencia tenía un gran interés en promover la investigación sobre la cultura maya. Aprovechando esta oportunidad el Instituto de Investigaciones Lingüísticas proyectó una investigación para la entidad, cuyos dos ejes principales fueron: recopilación del idioma maya para elaborar un vocabulario y recolección de textos en maya actual y antiguo. Para cumplir estos objetivos la rectoría de la Universidad Nacional autorizó la creación de una Academia de la Lengua Maya en la capital yucateca y comisionó a Alfredo Barrera Vásquez para que emprender el proyecto.

No fue difícil para Barrera Vásquez obtener apoyo gubernamental. La Academia de la Lengua Maya fue inaugurada el mismo año en el que se ideó la iniciativa. A través de ella se trató de coadyuvar al proceso de alfabetización de los mayas yucatecos, promover y difundir la lengua originaria.

Es importante señalar que esta propuesta iba a contracorriente de las iniciativas públicas que tendían a la castellanización. La primera mesa directiva de la Academia de la Lengua Maya se integró por Artemio Alpízar Ruz (presidente), Alfredo Barrera Vásquez (presidente vitalicio), Paulino Novelo Erosa (tesorero) y Pedro García Argáez (secretario). Este cuerpo colegiado desarrolló un programa de traducción al maya de artículos de divulgación y con auspicios del Gobierno estatal emitió un programa de radio en esa lengua.

La Academia de la Lengua Maya tuvo algunos críticos, Oswaldo Baqueiro Anduze cuestionó su labor argumentando que “en el idioma yucateco no existe el más elemental texto de carácter científico ni el más liviano libro de entretenimiento, lo cual debería ser motivo suficiente para considerar como un crimen no ya sólo la pretensión de mantener al indio en su idioma sino, también, el no cooperar para su más pronta castellanización”.

Las ideas del escritor no cambiaron a pesar de la documentada defensa de Alfredo Barrera Vásquez sobre la vigencia y uso del maya como medio de comunicación en múltiples contextos cotidianos.

Los comentarios de Baqueiro son una muestra fehaciente del racismo que siempre ha permeado el pensamiento de las élites letradas, sociales y económicas. Penoso recordatorio de uno de los más grandes problemas históricos y contemporáneos de Yucatán: el desprecio por lo indígena.

Los primeros años de la Academia de la Lengua Maya fueron fructíferos, dieron un espacio institucional y público a los estudios sobre cultura maya, aunque aún faltaba integrar a los mayas que ya desarrollaban estudios sobre su lengua y cultura.

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