El teatro escrito durante la primera mitad del siglo XX por los profesores yucatecos adoptó formas que lo alejaron de la función pedagógica y lo acercaron a la denuncia social. El maestro espiteño Prudencio Patrón Peniche fue uno de los representantes de este tipo de teatro, sus obras las construyó a modo de pequeños juegos cómicos que abordaban la infidelidad, la falta de profesionalismo y la relajación moral.

En 1947 salió de la imprenta su obra Boceto de comedia social, una complicación de pequeños guiones. En la introducción se advierte que: “en el presente volumen, hemos incluido algunos bocetos de comedia publicados en diversas épocas y en distintos sitios, y otros inéditos. Ninguno, aunque los lectores no lo crean, va enderezado contra persona o país determinado. Por consiguiente, si alguien encuentra parecido con personajes, oficinas o tiempos por él conocidos, sepa que es por mera coincidencia”.

Todo parece indicar, aunque diga lo contrarío que los guiones tienen su origen en las experiencias que el profesor vivió o conoció. En el boceto titulado “Maestra de carrera” se narra la historia de una profesora que cometió adulterio con el papá de uno de sus estudiantes, abandonando por él sus responsabilidades profesionales y familiares, al final de la historia pierde su empleo después de una acalorada pelea con la esposa de su amante. Por el contenido de las historias podemos notar que Patrón Peniche escribió obras de denuncia dirigidas a adultos interesados en la literatura como medio de denuncia, en términos más generales laobra cumplía con ser una crítica ácida y directa de los sistemas políticos, educativos, culturales y sociales de México en las medianías del siglo XX.

Un tópico que abordó con frecuencia fue las faltas de índole moral y sexual, en el guion “Como lo hacen algunas mujeres” relata cómo una secretaria, de la mano de su patrón, “entra a junta permanente en el Hotel X” para fundar un “sindicato del amor”. Estas denuncias pretendían llamar la atención sobre los vicios del sistema burocrático, no obstante, llama la atención cómo pone énfasis en el comportamiento y libertad sexual de la mujer, a la luz de nuestros días es inevitable ver en ello un tono machista.

Sus Bocetos no fueron su primer acercamiento al género, ya en 1935 había publicado bajo el título de Argumento de Cahil Kay una zarzuela de tendencia revolucionaria, esa misma obra fue reescrita como una novela corta titulada Redención (1962). En ambos casos el argumento principal es el mismo: la redención de los mayas en las haciendas solo se dará a través de la educación socialista que, en el caso de su narración, viene de la mano de una joven profesora que escapó en su niñez de la hacienda a la que llegó a fundar la escuela rural.

La historia de los profesores yucatecos del siglo XX aún tiene muchas páginas por escribir, una de las más interesantes es esta, su producción literaria.