La Sociedad de Bibliografía Yucateca

Joed Amílcar Peña Alcocer: La Sociedad de Bibliografía Yucateca

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Durante el año de 1968 un selecto grupo de intelectuales decidió crear la Sociedad de Bibliografía Yucateca, esta agrupación se fijó como objetivo desarrollar investigación sobre los tesoros librescos que guardaban las bibliotecas de la región. Santiago Burgos Brito fue designado como presidente honorario, el primer presidente electo fue Alfredo Barrera Vásquez, Clemente López Trujillo ocupó la vicepresidencia, Renán Irigoyen Rosado fungió como secretario, Rodolfo Ruz Menéndez fue el tesorero y Salvador Rodríguez Losa su oficial mayor, a ellos se sumaban Conrado Menéndez Díaz, Jaime Orosa Díaz y Leopoldo Peniche Vallado.

Todos los integrantes de esta sociedad cultural tenían experiencia previa en el manejo y coleccionismo de libros antiguos, algo natural si consideramos que sus principales actividades intelectuales giraban en torno a la poesía, la crónica, la historia, la antropología y la docencia. La naturaleza e intereses tan dispares de estos personajes condicionaron la existencia de la Sociedad de Bibliografía Yucateca, tan efímera que solo sesionó dos veces.

Una de las causas de su disolución fue la formación de la Hemeroteca del Estado, su colección se integró con todos aquellos documentos depositados en bibliotecas públicas que, a consideración del titular del proyecto, tuvieran valor e interés para los futuros usuarios de la hemeroteca. El principal impulsor de esta iniciativa fue Clemente López Trujillo, la comunidad intelectual se dividió ante este anuncio, para algunos era un paso positivo y, para otros, era un acto de despojo en perjuicio de las bibliotecas públicas. Ante esta situación, de acuerdo a Rodríguez Losa, “unos miembros de la Sociedad Yucateca de Bibliografía sugirieron que ésta debía dar un pronunciamiento oficial a favor del proyecto, pero una minoría, entre ellos algunos de los más importantes socios, se opusieron a la idea argumentando que no se deberían tomar en cuenta los ataques. Don Clemente consideró una falta de solidaridad la posición que éstos últimos adoptaron y se retiró de la Sociedad al igual que otros destacados miembros”.

La corta vida de la Sociedad de Bibliografía Yucateca es una muestra de la diversidad de opiniones que existían sobre la composición y utilidad del patrimonio documental peninsular, para muchos la Hemeroteca solo desmembró colecciones de alto valor histórico que habían sido reunidas y cuidadas con esmero durante varios años.

Esta este es uno de los pocos desacuerdos entre los intelectuales yucatecos que ha dejado registro. Todo indica que las opiniones al interior de la Sociedad de Bibliografía fueron muy diferentes, tan es así que la llevaron a su desaparición tres meses después de haber sido creada. Lamentablemente no quedan testimonios documentales de las dos reuniones que sostuvieron, así que tan solo podemos imaginar las discusiones que se tuvieron ante el proyecto de la Hemeroteca del Estado.

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