Rememorar la Reforma Protestante (II)

Joed Amílcar Peña Alcocer: Rememorar la Reforma Protestante (II)

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La Reforma Protestante es en esencia un proceso de carácter religioso que admite múltiples lecturas. Como miembro de la iglesia católica, Martín Lutero abogó por una lectura crítica del actuar de esa institución, esta revisión significó para él un compromiso como fraile y académico. Nunca pensó que su afán analítico y reflexivo sobre las escrituras bíblicas daría como resultado un cambio profundo en la vida y experiencia religiosa del mundo entero.

Su famoso escrito, conocido como “Las 95 tesis” y cuyo título original es Disputatio pro declaratione virtutis indulgentiarum, es la llama inicial de la Reforma. Este texto fue una invitación a entablar un debate sobre la venta de indulgencias y sus consecuencias en la vida de la feligresía católica, un ejemplar de este documento impreso en Núremberg el año de 1517 reza en su encabezado: “Por amor y celo por aclarar la verdad, estos artículos escritos a continuación se debatirán en Wittenberg. El reverendo padre Martín Lutero, maestro de artes y de teología sagrada, y profesor oficial en Wittenberg, hablará en su defensa. En el asunto solicita: que aquellos que no puedan estar presentes para debatir con nosotros en discurso, aunque estén ausentes de la escena, traten el tema por correspondencia. En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Amén”.

Esta convocatoria caló profundo entre el clero, paulatinamente fue considerada subversiva y poco tiempo después inició un proceso de investigación en su contra, algunos teólogos acusaron a su autor de borracho, hereje e incitador. ¿Qué causó tal animadversión en su contra? Cada una de las 95 tesis de Lutero fue entendida como un cuestionamiento profundo a la práctica, enseñanza y autoridad de la iglesia. Algunas de estas tesis son: “El papa no quiere ni puede remitir culpa alguna, salvo aquella que él ha impuesto, sea por su arbitrio, sea por conformidad a los cánones”, “por tanto, cuando el papa habla de remisión plenaria de todas las penas, no significa simplemente el perdón de todas ellas, sino solamente el de aquellas que él mismo impuso”, “en consecuencia, yerran aquellos predicadores de indulgencias que afirman que el hombre es absuelto a la vez que salvo de toda pena, a causa de las indulgencias del papa”, “los tesoros de las indulgencias son redes con las cuales ahora se pescan las riquezas de los hombres”, “hemos de cuidarnos mucho de aquellos que afirman que las indulgencias del papa son el inestimable don divino por el cual el hombre es reconciliado con Dios”. De manera implícita cuestionaban y acotaban la autoridad papal al terreno meramente terrenal, a su vez se criticaba el vender las indulgencias como un bien mayor para la salvación. Movidos por el celo religioso algunos teólogos estuvieron dispuestos a debatir con Lutero para sacarlo de su error.

El más importante de estos debates es el que sostuvo durante varios días con Johann Eck. Los testigos declararon ganador a Eck debido a que orilló a Lutero a explicitar sus diferencias con la iglesia romana, a pesar de que el fraile agustino lo superó en capacidad argumentativa y oratoria como el mismo Eck llegó a reconocer. ¿Qué pasó con el Lutero católico? De eso tratará la siguiente colaboración (continuará).

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