Uady, a 100 años de su fundación
Jorge I. Castillo Canché: Uady, a 100 años de su fundación
Han pasado ya cien años desde que los esfuerzos conjuntos del Gobierno de Yucatán y el federal del país hicieron posible que el 25 de febrero de 1922 se constituyera legalmente la Universidad Nacional del Sureste de México, antecesora inmediata de la actual Universidad Autónoma de Yucatán. Esta continuidad hace a la Uady la universidad más antigua y prestigiada de la Península hasta el día de hoy. No debe perderse de vista que sus orígenes como institución de educación superior, pública, laica y gratuita, están en el siglo XIX con la fundación de la Universidad Literaria de Mérida (1824), pero, sobre todo, de El Colegio Civil Universitario (1861) y el Instituto Literario del Estado (1867).
El decreto número 15 de Felipe Carrillo Puerto -titular del poder ejecutivo en nuestro Estado desde febrero de 1922- fue la culminación de reuniones en los meses anteriores con el gobierno del presidente Álvaro Obregón (1920-1924), que incluyó la visita a fines de noviembre y principios de diciembre en 1921 de José Vasconcelos, el primer Secretario de Educación Pública a nivel federal, cuya misión era justamente establecer una política educativa nacional que contemplaba la educación superior y universitaria. En la creación de la Universidad Nacional del Sureste confluyó el inmenso valor que estos dos reconocidos personajes históricos de la vida nacional otorgaron a la educación en la construcción de la nueva sociedad más justa e igualitaria, plasmada en la Constitución de 1917, emanada de la Revolución mexicana. Para Carrillo Puerto era la concreción, en buena parte, del proyecto de la “Universidad Yucateca” de 1918, Vasconcelos en cambio, cumplía con una de las tres Universidades Nacionales proyectadas (en el norte, Monterrey, y en el occidente, Guadalajara, que no se fundaron al final) según el modelo institucional de la entonces Universidad Nacional de México, de la cual él había sido su rector.
Como este artículo no pretende ser sólo una efeméride del calendario universitario (recordar un hecho relevante del pasado del Alma Mater), incorporemos un asunto para iniciar la construcción de una visión integral de la Uady. Cuando la universidad se proyectó y fundó se anhelaba que fuera referente educativo en los estados del Sureste o del Golfo de México; nadie duda que desde hace décadas este objetivo se alcanzó y se mantiene hasta la actualidad, no obstante la creación de otras universidades públicas y el crecimiento de la educación privada universitaria en nuestro Estado.
Pero, justamente por esta nueva realidad educativa, la Uady debe recordar que es una institución pública donde lo que debe imperar siempre es la libertad de pensamiento, creencias, combatir cualquier tipo de discriminación, donde el norte de la docencia sea el debate de ideas, la tolerancia para quien piensa distinto, y no el autoritarismo y las verdades absolutas. Una institución cuya investigación siempre tenga un sentido social, secular, y no individual; no olvidar que los recursos con los que se sostiene vienen del pueblo y, por ello, deben ser utilizados para el mayor beneficio colectivo. Aprovechemos este año para seguir reflexionando en cualquier espacio público con una mirada crítica, propositiva: nuestra universidad se lo merece.