¿Historia, para qué? (y II)

Jorge I. Castillo Canché: ¿Historia, para qué? (y II)

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Teniendo como guía a historiadores como Eric Hobsbawm, Marc Bloch y Lucien Febvre, y otros de los que he aprendido a lo largo de mi formación en este bello “oficio de historiar”, como dijera Luis González y González, dedicaré este espacio para tratar asuntos actuales de la vida regional, nacional e internacional con una perspectiva histórica. Las lecciones de Fernando Braudel sobre la larga duración, las relaciones entre los diferentes tiempos de la historia (la estructura, la coyuntura y el acontecimiento) se harán presentes para examinar problemáticas de Yucatán, nuestro país y el mundo entero, como la corrupción y el impacto que ha tenido en esferas como la administración de justicia, en el sistema carcelario, los cuerpos policiacos, el mundo empresarial y por supuesto en la política y el servicio público. 

La mirada histórica permitirá entender el fracaso desde hace mucho tiempo hasta hoy del discurso liberal rehabilitador con la realidad que presentan las instituciones creadas para tal objetivo, pero también de la utopía de la igualdad jurídica y de las libertades proclamadas desde finales del siglo XVIII y que han sido la justificación del imperialismo norteamericano para invadir en diferentes momentos países tanto en América como en Asia. La delincuencia común y organizada actual no puede ser entendida sino a la luz de una pobreza estructural histórica que dejaron primero los procesos de conquista y colonización de Europa que saqueó los recursos naturales y explotó a las poblaciones originarias en América y África, y que continuarían los procesos de industrialización de los siglos XIX y XX que transformaron al campesino y al artesano en proletariado rural y urbano respectivamente. Un proceso donde las nuevas élites políticas y económicas del Estado-nación en todo el mundo serían también responsables de la nueva marginación y exclusión de dichas poblaciones. Hoy en pleno siglo XXI, y con la pandemia del Covid-19, vemos como estas realidades históricas estructurales se hacen visibles con los impactos que ha dejado en los diferentes países del mundo y en el acceso de las vacunas para disminuirla. 

Braudel y su economía-mundo, principalmente la del capitalismo, y su continuador Immanuel Wallerstein, con su concepto de sistema-mundo, serán centrales para entender el resurgimiento mundial actual de China y Rusia frente a los Estados Unidos y su intento de mantener su hegemonía mundial. Así como del papel que le toca tener a Europa hoy tan distinto al del inicio y desarrollo del capitalismo y a nuestra América Latina y cómo influye este asunto en las olas de izquierda o derecha que han vivido y viven los países que la conforman. ¿Hasta dónde estamos ya siendo testigos de un proceso iniciado para el cambio mundial del corazón de la economía mundial de América a Asia y todo lo que ello implica política, social y culturalmente? Para el historiador de la larga duración el cambio no resulta tan sorprendente pues sabe que esto ha ocurrido cuando Europa, en especial las bolsas de Londres, Ámsterdan, Amberes, dejaron su lugar a Wall Street. Y, sin embargo, el proceso tiene su buena cuota de novedad que no se sabe cómo terminará. 

Esta columna intentará mostrar que la historia tiene un sentido vital para comprender el presente; no hay nada de la vida humana actual que no esté bañado por el pasado y ese será siempre mi argumento en las colaboraciones que aparecerán en este espacio.

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