Examen doctoral y un botín de guerra
El poder de la pluma
Hace 17 años me disponía a realizar una investigación jurídica que me posibilitara obtener el grado de doctor en Derecho en la Facultad de Derecho de la UNAM. Mi tema: Pemex. Descubrí varias cosas:
Primero, Pemex estaba en el lugar 11 dentro de las empresas petroleras más productoras de gas natural; en el lugar 7 entre las más importantes en ventas; en el 7 de los exportadores de crudo; en reservas probadas era el 13; en producción de petróleo crudo era el 6; en producción de gas natural ocupaba el sitio 10; en capacidad de destilación primaria era 14; el 2 de empresas petroleras por nivel de producción.
Segundo, Pemex contaba con 6 refinerías, 4,941 pozos en explotación, tenía 189 plataformas marinas, 11 centros procesadores de gas, 20 endulzadoras de gas,15 plantas criogénicas, 2 plantas de absorción, 7 fraccionadoras, 6 endulzadoras de condensados y 13 plantas recuperadoras de azufre.
Tercero, Pemex competía como empresa estatal, junto con la venezolana PDVSA, contra poderosas empresas privadas como Gazprom de Rusia, la norteamericana Exxon Mobil, Royal Dutch/Shell de Holanda y Reino Unido, Sonatrach de Argelia, NIOC de Irán, ADNOC de Emiratos Árabes Unidos, Saudí Aramco de Arabia Saudita, TOTAL de Francia y Repsol de España.
Cuarto, de cada peso que ingresaba a de Pemex la hacienda federal le decomisaba 80 centavos, es decir, sólo le dejaba 20 centavos para su gasto corriente. En 2003, Pemex contaba con 141,628 trabajadores, mientras que Saudí Aramco, que producía tres veces más, contaba con 54,077 trabajadores. Pemex ha tenido un sindicato más político que gremial que abusa de la empresa y del sistema político mexicano.
Quinto, en 2002 al robo a los ductos de Pemex se le llamaba “ordeña”, ahora es “huachicoleo” que enriqueció inmensamente a individuos como el recién detenido “Marro”. El robo fue alrededor de 25,000 millones de pesos al año por este delincuencial concepto.
¿Cuál empresa sobrevive a esta embestida brutal contra sus finanzas? La salida que los gobiernos neoliberales le dieron a Pemex fue convertirla en una empresa productiva del Estado, una especie de híbrido organizacional, mitad pública, mitad privada. De hecho y de derecho es pública, pero también es privada. Aberración jurídica. No pertenece a ningún sistema de administración pública establecidos en el artículo 90 constitucional. De Pemex han salido recursos para construir este país, para enriquecer a políticos inmorales, ha dado trabajo estable y una forma de vida de buen nivel a miles de personas, han hecho infinidad de business como los de Odebrecht que han servido para apoyar campañas electorales; en fin, Pemex ha sido “la gallina de los huevos de oro”.
Sin pretender ser egocentrista lo dije en aquel examen profesional, Pemex necesitaba una gran reforma estructural pero no para privatizarla, sino para fortalecerla. Socializar las pérdidas y privatizar las ganancias fue una perversa práctica socorrida.
Finalmente aprobé el examen doctoral, pero Pemex siguió siendo utilizado como “botín de guerra”.