Filosofía en la empresa

José Luis Ripoll Gómez: Filosofía en la empresa

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En estos tiempos de anarquía, tropelías y utilitarismo, donde da la sensación que el ser humano ha perdido su brújula, enfilándose firmemente a un sitio indeterminado. El hombre de hoy tiene prisa, pero en realidad no sabe a dónde va. Es como un vehículo a alta velocidad, pero sin destino. Tenemos prisa sin saber a dónde vamos. En este marco de extravío, pudiera pensarse que hablar sobre temas filosóficos resulta inútil y hasta ocioso, más tratándose de la empresa; pero por lo contrario es muy aconsejable. Aprender ética empresarial puede ayudar a los hombres de negocios y, en general a todos, no sólo a comprender la realidad, sino a transformarla.

Son varias preguntas que formula la dualidad trabajo-riqueza. ¿Se puede generar riqueza sin trabajar? Sí es posible, de forma aleatoria, por recibir una herencia, sacarse la lotería o por simplemente encontrarse un tesoro en el mar o en algún lugar. Pero en términos reales estarán de acuerdo conmigo estimados lectores que esto es casi una fantasía. Dice la canción de Chava Flores: “A qué le tiras cuando sueñas mexicano [...]”. Es como dejar el futuro al garete.

¿Existe una relación de congruencia entre trabajar y generar riqueza? Trabajar y generar riqueza es una forma más sensata de vida. De congruencia entre el esfuerzo y la riqueza. Sin embargo, hay gente que trabaja toda su vida en condiciones de precariedad. En la historia del pensamiento económico el pauperismo fue un fenómeno económico vinculado al subdesarrollo económico, consistía en ofertar mano de obra barata, mal pagada y los trabajadores tenían la necesidad de obtenerlos o de lo contrario quedarse sin nada. Una vida permanente en la pobreza.

¿Puedes generar riqueza sin ética? También es posible. Todos sabemos que hay formas ilícitas, pero no recomendables. Sin ser moralistas se daña la moral, los valores y la identidad del ser humano. Sócrates murió defendiendo sus valores de individuo íntegro. Prefirió la muerte a la misma injusticia que se vertía sobre él.

Contrario a lo anterior, se debe destacar la riqueza generada por un trabajo digno, legal, ético, que abone a la sociedad en su conjunto, pero sin explotar al trabajador. Un justo equilibrio entre estos dos factores de la producción. Aunque en nuestras sociedades de consumo la tendencia es a lo contrario, patrones que aprovechándose de la necesidad económica de las personas explotan al trabajador en condiciones paupérrimas. También hay que decirlo, hay trabajadores mañosos que quieren cobrar sin aportar nada al negocio. Estos no son palomas de la caridad, se constituyen para ganar.

Relata Aristóteles en su obra Política que mucha gente se burlaba de la pobreza en la que vivía Tales de Mileto, le hacían mofa de la inutilidad de la filosofía, que filosofar no servía para sobrevivir en un mundo dominado por el lucro y el amor a las cosas materiales. Entonces, Tales previó desde el invierno, por sus conocimientos de astronomía, que había de haber en el próximo verano una importante cosecha de olivos y con su poco dinero otorgó fianza para asegurarse de todos los molinos de aceite en Mileto. Cuando llegó el verano una multitud acudió en demanda de molinos, por lo que Tales los subarrendó ganando muchísimo dinero. Con estos hechos quiso demostrar que para los filósofos es cosa fácil, si se lo proponen, ganar dinero. Pero no es su propósito fundamental.

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