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Miles de personas han sobrevivido
sin amor, ninguna sin agua
SaW. H. Auden

El terreno que probablemente vio Neil Armstrong desde la escalinata del “Apolo 11” era irregular, según se sabe, en la corteza lunar existen cráters. La sensación de ausencia total, seguramente generó escalofrío en el valiente astronauta. La falta de viento contrasta con las teorías de la bandera ondeante de las barras y las estrellas que segundos después de bajar sembró en el suelo calcáreo. Corría 1969, dos años antes, entraba en vigor el Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes. Efectivamente, Armstrong descubrió que la Luna no era de queso, pero tampoco de los Estados Unidos de América.

Con el desarrollo científico y tecnológico el ser humano ha avanzado en la exploración del espacio exterior y se han regulado aspectos que a principios del siglo pasado eran simplemente inimaginables. Esto generó la aparición de varias ramas del Derecho Internacional como el derecho aéreo y espacial. Existe toda una regulación jurídica de la luna y los demás cuerpos celestes, e incluso, la exploración del espacio exterior más allá del derecho aéreo o el de circulación de las naves convencionales, es decir, los aviones que todos conocemos.

Es claro que desde el punto de vista científico toda investigación contribuye a descubrir cosas que nos permiten avanzar en el conocimiento en aras de mejorar la vida del ser humano. No obstante, yo me pregunto, ¿tendrá alguna utilidad práctica para el ser humano descubrir que el planeta rojo tiene agua salada? Cuando el hombre en el planeta Tierra ha provocado grandes crisis de sustentabilidad con los recursos naturales. Se han elaborado proyectos de viviendas para en un futuro habitar “el planeta rojo”.

En la actualidad el tema del abastecimiento y distribución del agua es ya un problema mundial. En África se ha agudizado en los últimos años, lo mismo en Medio Oriente, Asia y América. Prácticamente en todo el orbe. Nuestro país no es la excepción. Mucho se ha comentado en los últimos años sobre el problema del agua y cómo enfrentarlo. El principal tema es la falta del vital líquido y la contaminación de los mantos freáticos.

El problema del agua, particularmente en nuestro Estado, es verdaderamente preocupante, la contaminación del manto acuífero por aguas negras tendrá consecuencias fatales, la salud de todos está en juego. Las diversas actividades económicas vinculadas al agua también se vendrán abajo, el turismo, las industrias, los hoteles, etc. No pecamos de catastróficos, por lo contrario, nos quedamos cortos dimensionando el problema. Exijamos que nuestras autoridades asuman el problema a resolver y den una alternativa viable a esta grave cuestión. ¡Aguas con el agua!

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