Desde el momento de su fundación, la Universidad asumió el compromiso de crear espacios para la disertación y reflexión de ideas. Estudiantes, académicos e intelectuales han concurrido a los diferentes órganos de difusión de la Universidad para publicar propuestas didácticas, métodos de enseñanza, avances en los diversos campos del conocimiento, análisis sobre la situación social del Estado, reflexiones en torno a laUniversidad, y la divulgación de sus creaciones artísticas y literarias. Estos órganos de información y de difusión de la vida universitaria fueron y son reflejo de la pujante vida intelectual de nuestra Máxima Casa de Estudios.

En 1922, se publicó el Boletín de la Universidad Nacional del Sureste, bajo la dirección de Serapio Baqueiro Barrera. Fue el primer órgano de información creado exprofeso para la difusión del conocimiento. El último número fue publicado en 1930. Durante los ocho años de vida del Boletín se publicaron 38 números. La segunda revista universitaria Orbe: Órgano de la Universidad Nacional del Sureste, también denominada Orbe: Órgano de la Universidad de Yucatán, comenzó su andar en 1937, bajo la dirección de Jaime Orosa Díaz. Por recortes presupuestales y problemas económicos dejó de circular en 1939. En 1942 se reanudó hasta 1958, con la dirección de Conrado Menéndez Díaz. Para 1959, nace una nueva publicación denominada Revista de la Universidad de Yucatán, con Conrado Menéndez Díaz en la dirección. Hacia 1984, la Universidad alcanzó su Autonomía y con ello la revista comienza a denominarse Revista de la Universidad Autónoma de Yucatán, vigente hasta nuestros días.

Las páginas de estos órganos de difusión se han constituido, con el tiempo, en baluartes de estudios históricos, filosóficos, sociológicos, psicológicos, artísticos, así como de importantes contribuciones provenientes del campo de las ciencias naturales y experimentales. El Boletín, Orbe y la Revista se han nutrido de las destacadas plumas de escritores locales como Eduardo Urzaiz, David Vivas, Santiago Burgos Brito, Raúl Carrancá y Trujillo, Luis Rosado Vega, Alfredo Barrera Vásquez, Oscar Ayuso y O´Horibe, Joaquín Ancona Albertos, Conrado Menéndez Mena, Ignacio Rubio Mañé, Salvador Rodríguez Losa, entre otros, pero también de internacionales como Eric S. Thompson. Nancy M. Farris, Francisco de Solano, Robert Patch y muchos más.

La riqueza de estas revistas reside en el hecho de que nos abre una ventana a la vida universitaria de nuestra Alma Máter a través del tiempo. Nos ofrece una panorámica de las principales acciones académicas y administrativas que guiaron la labor de la Universidad desde su fundación hasta los tiempos más recientes. También nos presenta los principales intereses intelectuales que los maestros, estudiantes y escritores tuvieron en cada época histórica. En sus páginas se recogen las inquietudes académicas, artísticas y literarias de los diferentes grupos que integran a la comunidad universitaria. Las revistas universitarias, por su contenido, naturaleza y características, son el principal patrimonio documental que la Universidad posee para construir una memoria histórica enraizada en la misión con la que fue fundada por Felipe Carrillo Puerto.