Despertar, no es abrir únicamente los ojos cada mañana, sino vivir a plenitud. La repetición nos ofrece lo más profundo de la condición humana. Nos obliga a cambiarnos a nosotros mismos porque alrededor, nada cambia. Su frecuencia nos hace notar la paradoja de la repetición. Un día tras otro nos aprisiona y nos libera a la vez. Con el tiempo se aprende que en vez de ser una condena, la repetición es mágica y esencial para el aprendizaje y la transformación. Es mágica, porque nos permite transformarnos cuando por fin se reconoce la importancia de un simple día como lapso de tiempo distinto e independiente, sin embargo igual en su tiempo. Nuestra vida es una repetición interminable.

Para mí, cada momento es importante. Si queremos transformar nuestras vidas, hay que comprender lo anterior. Quizá no estemos atrapados literalmente, en su ciclo de tiempo repetitivo, TODOS los momentos de nuestras vidas son importantes y nos brindan una oportunidad de cambiar y disfrutar. El mundo exterior está atrapado en el tiempo, pero también el mundo interior.

Al darnos cuenta que nuestros actos tienen consecuencias, podemos valorar y modificar nuestro comportamiento. Las repeticiones para ayudar a los demás en lugar de aprovecharse nos llevan a cambiar nuestra vida interior, aunque no la vida exterior. La repetición es lo único que revela nuestras carencias haciéndonos tomar consciencia de los límites de nuestra realidad. Nos podemos dar cuenta que nuestras mejores actitudes, pensamientos y comportamientos ya no funcionan. Las repeticiones nos permiten que se pruebe cada día un nuevo modo de enfocar la vida para luego valorar los resultados.

Quizá, lo más importante sea reconocer que siempre estaremos en un túnel. Muchas rutinas son esenciales. Necesitamos comida, ejercicio y sueño de manera regular. Necesitamos ingresos estables. Sacamos provecho enorme del contacto con la familia y amigos, sea en el colegio, el trabajo o casa. La rutina es el fundamento de la salud, el bienestar y el éxito. Los deportistas y músicos más destacados practican y repiten sus habilidades sin parar. Cómo los mejores pianistas del mundo, que gracias a una práctica dura y repetitiva, lo logran. La rutina y los buenos hábitos nos dan una estructura familiar y una seguridad tranquilizadora.

Los rituales son actos simbólicos que realizamos a intervalos regulares tales como bendecir la mesa, contemplar la puesta del sol, celebrar la Navidad o escuchar una determinada pieza musical para calmar el estrés del día. Los rituales son repeticiones positivas y tranquilizadoras que nos recuerdan aquello que nos es importante. Pueden conectarnos a cientos de años de tradición. En la vida, las pautas son importantes. “Con la esperanza de alcanzar la luna, el hombre no logra ver las flores que brotan a sus pies”, Albert Schweizer. ¡Ánimo! hay que aprender a vivir.