Como en el “Mago de Oz…”

Josefina Centeno de R. Valenzuela: Como en el “Mago de Oz…”

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

¿Y mi valor? Intervino el León en tono ansioso. Estoy seguro de que te sobra valor respondió Oz. Lo único que necesitas es tener confianza en ti mismo El Mago de Oz

Siempre pienso que en buena parte somos responsables de nuestra personalidad en cuanto comprendemos la influencia de nuestra realidad personal. La mejor forma de saber lo que uno es capaz de hacer es: ¡haciéndolo!, ya que la calidad de nuestras acciones revela la capacidad auténtica y exhibe nuestra calidad personal.

Para todo se necesitan recursos y para encontrarlos hay que usar el sentido común utilizando todo lo que existe y que, tal vez, no hemos tomado en cuenta ofuscados por la urgencia de las necesidades inmediatas. Un recurso es un elemento interno o externo al que se recurre para lograr un fin determinado cuando aparecen adversidades (cuando el viento nos es contrario). Hacer un inventario de nuestros recursos ayuda a no caer en la desesperación y a ver la luz al final del túnel.

El crecimiento personal empieza por el autoconocimiento y éste por la autoconsciencia que es el principal de los recursos internos. Se puede saber o ignorar que se tienen esos recursos y también puede ser que hayamos aprendido a usarlos o no. Igualmente se aprende que los recursos externos e internos se combinan, suman y optimizan para crear estrategias efectivas.

En lugar de preguntarme qué quieren los demás de mí y cómo complacerlos, me pregunto: quién soy yo y cuáles son mis propios deseos, qué me hace feliz, cuáles son mis talentos, cuáles son mis logros y cuáles son mis proyectos. Al responder estas preguntas crecemos y nos encontramos a nosotros mismos. Descubrirnos, sin copiar a nadie. Esa es la única manera de hacernos responsables y de esculpir una mejor personalidad.

Soy autónoma y a la vez interdependiente. Me he dado cuenta que mi existir no está en función de otras personas. Por lo tanto soy y dejo ser. Vivo y dejo vivir. Mis relaciones familiares, de amigos y de trabajo son de colaboración y respeto, serviciales más no serviles; he aprendido a pedir y a recibir ayuda y no solamente a darla.

Para lograr esto, se necesita practicar el intradiálogo, de mí, conmigo. Al no hacer contacto íntimo perdemos nuestra identidad, confundimos los valores y somos como otros nos definen. No podemos brincar del mundo exterior al mundo interior y viceversa sin prepararnos y por no hacer esa preparación y ese encuentro, nuestro espíritu se debilita.

Es indispensable aprender a detenernos para vernos a nosotros mismos cuando el mundo actual exige nuestra máxima velocidad.

Hay que darnos esa oportunidad, debemos hacerlo para reconocer nuestro ser, nuestra voz interior y redescubrir nuestra alma, nuestro espíritu.

¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton