Sin perder la cabeza... ni el liderazgo
El poder de la pluma
Ser líder es una combinación de situaciones y habilidades que se tienen que dar en tiempo y forma para que explote al máximo nuestra capacidad de ser cabeza de un grupo de personas que estén dispuestas a seguirnos en las buenas y en las malas. Aunque hay que reconocer que el camino es pedregoso, pero también es necesario en ocasiones para poder valorar lo que somos y lo que podemos dar. Ante la existencia de tantos líderes falsos y de momentos efímeros, es necesario ser y creer en líderes auténticos que nos lleven por el camino correcto y sin dudas. La preparación es una base importante, pero el cuidar ciertos aspectos cuando ejercemos liderazgo sobre las personas puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso al dirigir a seres humanos.
Aquí cinco formas de estropear tu liderazgo:
1.- Pensar que lo sabes todo.- Cuando te crees dueño y poseedor absoluto de la verdad, empiezan a suceder cosas como que lo que digas tú es “santa palabra” y nadie más tiene la definición correcta de lo que se busca expresar. Nadie sabe nada, así es que ponte a estudiar, leer, capacitarte y prepararte para ser mejor cada dia.
2.- Hablar sin escuchar.- Sumando al punto anterior, sucede que al creer que lo sabes todo solo te dedicas a hablar y quieres que la gente oiga con atención, pues nadie más que tú sabe de lo que estás hablando. Uno de los objetivos y necesidades del liderazgo es saber escuchar a las personas alrededor, para poder llegar a una respuesta más exacta de lo que se necesita.
3.- Confundir actividad con productividad.- Cuando crees que estar activo es sinónimo de ser productivo, te encuentras a unos segundos de darte cuenta con pruebas, si es que las quieres ver, de que estás muy equivocado. Si no tienes parámetros de medición en tu empresa, empieza a realizarlos para no confundir una palabra con la otra.
4.- No estar disponible ni accesible.- Cuando te encuentras muy “ocupado” para atender o entender a tu gente y no le dedicas tiempo para estar con ella, simplemente empiezas a lograr descontento y decepción. Esto puede ser el inicio del fin. Busca ese tiempo y dedícaselo a la gente que confía en ti. Un consejo, una guía, eso debe ser parte de tu labor también.
5.- No delegar ni empoderar.- Querer realizar todo, porque nadie lo hace como tú, es una gran estupidez sin fundamento. Si quieres crecer, tendrás que delegar y empoderar, y un buen líder sabe la diferencia entre las dos. En algunos casos tendrás que delegar y en otros empoderar.