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La difusión de la información en nuestros tiempos es casi instantánea, en cuestión de minutos o incluso segundos podemos dar a conocer algún suceso en tiempo real. Los medios de comunicación y las fuentes mediáticas de información son importantes herramientas para la rápida distribución de contenidos, datos y sucesos, se han vuelto instrumentos indispensables que nos mantienen en constante actualización.

Diariamente nos enfrentamos a todo tipo fenómenos informacionales (desinformación, sobrecarga informativa, mala información y más) que se agudizan por la mala práctica de no comparar o verificar fuentes de información, compartir noticias falsas, usar mal las redes sociales y no consultar fuentes externas a nuestra burbuja informativa. Estos elementos van creando un exceso de información que perjudica a los ciudadanos en su toma de decisiones, claro ejemplo es la pandemia que inició a finales del año 2019, antes de la llegada del virus al país se fue propagando información que no prevenía de fuentes oficiales, los que les dieron difusión no pensaron en las consecuencias de sus actos y crearon un sesgo informativo sobre este asunto de interés nacional.

Es importante que sepamos que, para combatir estos problemas, existen instituciones u organizaciones especializadas que tratan estos temas y problemáticas de actualidad, tales como el racismo, el clasismo o movimientos sociales como el feminismo que necesitan de nuestra total atención, pues han venido a cambiar todo lo que conocemos. Centros de investigación universitarios, bibliotecas especializadas o bases de datos de acceso abierto son algunos de los espacios que deberíamos consultar antes de opinar desde el desconocimiento.

La falta de interés de muchos integrantes de nuestra sociedad por documentarse sobre estos asuntos ha generado una guerra social que divide a la opinión pública, minimizando en gran manera la lucha de aquellas minorías que buscan ser visibilizadas. La mayoría de los ciudadanos desaprueban los movimientos radicales, dejándose llevar por los medios de comunicación y la falta de documentación, encajonando a grupos de personas en estereotipos muy marcados por el profundo desconocimiento de las situaciones que viven, siendo participes de los discursos de odio, discriminación y violentando sus derechos humanos por pura ignorancia. Lamentablemente el esfuerzo de aquellas organizaciones encargadas de divulgar información especializada es poco visible, precisamente por la división de opiniones y polarización generadas por el prejuicio hacia lo desconocido.

El esfuerzo por informarnos debe de ser de todos, no podemos entender lo que sucede en nuestra sociedad si no nos documentamos adecuadamente; pero, sobre todo, aunque tengamos desacuerdos, debemos respetar la lucha de los otros, nuestros conciudadanos.

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