La pandemia ha sido causa de muchos cambios en la educación, entre ellos la adaptación e implementación de los medios digitales como parte del sistema educativo para continuar con la formación académica de cada estudiante del mundo. Seguramente desde mucho antes de la pandemia habías escuchado sobre cursos, licenciaturas, diplomados, talleres, seminarios y un sinfín de opciones educativas en línea; sin embargo, estas opciones, a pesar de ser para todo público, en realidad, era accesible para pocas personas. La principal causa de esto es la desigualdad en el acceso a las tecnologías de la información conocida como “brecha digital”, razón por la cual muchos estudiantes han abandonado sus estudios.

Las personas que han podido acceder a los insumos tecnológicos para continuar con su educación no siempre han aprovechado esta condición ventajosa, pues a pesar de contar con las herramientas necesarias para trabajar en este contexto, una gran mayoría carece de habilidades informacionales. Estas habilidades a las que hago referencia se caracterizan por capacitar al estudiante para identificar sus necesidades de información, las fuentes que pueden satisfacerla, elegir críticamente la información y usarla éticamente.

Esta pandemia ha dejado claro que el sistema educativo nos ha enseñado a usar la tecnología, mas no la información. El error está en que se muestra a la tecnología como un fin, es decir, se privilegia el uso de los dispositivos electrónicos, aprender a usar plataformas o aplicaciones, y no su condición de herramientas para vincularnos con lo que realmente es importante, el cómo buscar, utilizar y aprovechar la información adecuadamente. Esta situación es similar a presumir haber leído un libro sin comprender el contenido.

Es por esto que el sistema educativo debe incluir urgentemente desde la educación básica contenidos curriculares que le permitan al estudiante el desarrollo de habilidades de información, esta es una recomendación que la UNESCO en conjunto con la IFLA han realizado a todos sus países miembros, si esto se hiciera estaríamos aumentando las posibilidades de éxito académico y mayor productividad laboral. El profesional indicado para colaborar con esta transformación educativa es el bibliotecólogo pues es especialista en la gestión de la información y sobre todo son los que poseen los conocimientos teóricos y metodológicos para crear escenarios que permitan el desarrollo de habilidades de información.

El cambiar nuestra realidad educativa implica valorar disciplinas poco conocidas por gran parte de la sociedad, tal es el caso de la bibliotecología, las ciencias de la información y la archivística.