U’ulab: la visión maya del que viene a visitar (I)

Lázaro Hilario Tuz Chi: U’ulab: la visión maya del que viene a visitar (I)

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Maánen, je’e le k’aano’ je’esab a wool, Kulenje’e le k’aanche’o, je’esab a wiinklil “Pasa, ahí está la hamaca, descansa tu alma Siéntate, ahí está el banquillo, descansa tu cuerpo” Don Feliciano Tapia May Sacerdote Maya de Ichmul

Una de las principales características que en los pueblos mayas aún se tiene como acto de afecto y confianza hacia las visitas, es el recibimiento en la casa o en la comunidad. Esta condición de respeto hacia el semejante se refleja en el aprecio que la familia maya puede llegar a tener con quien le visita.

Es conocida la hospitalidad que las familias campesinas mayas brindan a quien se honra visitar su hogar y es común que el recibimiento en la casa sea de alguna manera bien visto, de tal forma que la llegada, acordada o de improviso de algún visitante, representa una demostración de alegría y respeto por el recién llegado.

Desde tiempos inmemoriales, se ha conocido la actitud hospitalaria entre los pueblos mayas. Los viajeros y exploradores de siglos pasados han dado fe de la vital actitud de los hombres y mujeres mayas por abrirle las puertas a las visitas, tanto en sus comunidades como en sus hogares, el seno familiar se caracteriza principalmente por ser receptivo de las personas que correspondan con buena voluntad y respeto a sus contrapartes.

Bajo esta acepción, es importante entender cómo desde el ser u’ulab, se puede comprender el universo de la hospitalidad maya. La casa es el eje de todo el universo de la vida, ofrecer la casa a la visita se convierte en un acto de humildad hacia quien visita.

Todo aquel viajero o andante de alguna manera representa una visita ante los ojos mayas, es un u’ulab, en este sentido simboliza un acto de reciprocidad hospitalaria, de amistad y bienaventuranza, pues al que llega se le invita a los espacios comunes de la casa, se le transmite confianza y seguridad, y se le ofrece agua o las viandas del momento. U’ulab es en este caso, la persona que llega a casa por ventura, de alguna manera llega a visitar a la familia y el deber es recibirlo dignamente.

Llegar a ser considerado u’ulab, es sin duda uno de los principales actos de respeto y bienvenida que una persona puede tener en un pueblo o familia maya. El sentirse bienvenido contrapone los cánones tradicionales de la llegada de alguien que se considere común, ya que ser considerado u’ulab es signo de aprecio profundo por el ser y el llegar. En la cosmogonía maya visitar a alguien representa una forma de reciprocidad humana, que parte más allá de lo afectivo y se traslada al universo de la solidaridad, la ayuda mutua y el amor al semejante, es lo que en la lengua maya se denomina láaktsiil, el amigo entrañable, el apreciado y amado compañero (continuará).

Lo más leído

skeleton





skeleton