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A la memoria del doctor Renán Góngora Biachi, médico y amigo

Con una gran tristeza y mayor preocupación, consignamos aquí las manifestaciones de inhumanidad y poca solidaridad ciudadana de los yucatecos –y de los mexicanos en general- que desde el sábado se volcaron a los supermercados y otros comercios a literalmente saquear los anaqueles en unas compras de pánico pocas veces vistas.

Todas aquellas actitudes solidarias que en otras circunstancias salieron a relucir, por ejemplo durante los sismos en el centro del país, o los huracanes en esta parte de México, y que nos merecieron elogios del mundo, en esta triste ocasión –en la que el miedo estuvo acicateado por la presencia del coronavirus Covid-19-, fueron borradas por una actitud imposible de justificar.

En estos días, en farmacias, tiendas de autoservicio, changarros y otros negocios es, si no imposible, al menos sí difícil conseguir un poco de gel antibacterial e inclusive cloro, jabones y otros insumos necesarios para la higiene personal o de las casas.

Sobre todo, y esto llama la atención, no hay papel sanitario, que fue adquirido en cantidades exageradas por los miedosos (a lo mejor temían que ante alguien que tosiera cerca les diera diarrea). Hasta ahora nadie ha podido explicar este fenómeno. El mismo subsecretario de Salud y vocero oficial en la campaña contra el Covid-19, Hugo López Gatell, lo único que atinó a decir cuando se le preguntó al respecto es que la causa “es el miedo”, aunque no pudo definir exactamente a qué.

Lo cierto es que los mexicanos nos vimos muy, pero muy mal ante esta contingencia que sacó lo peor de nuestra falta de conciencia y solidaridad.

Otra conducta que puso de manifiesto, además, la inconsciencia de los meridanos al menos es que en número de miles se trasladaron a las playas como si fuera un día más de asueto y desoyeron las recomendaciones de la autoridad de recluirse en sus casas y no salir si no fuera necesario.

Quizá a muchos les llega el mal ejemplo del presidente López Obrador que minimiza el problema sanitario no obstante que todos miran –no sé si él también- lo que ocurre en el mundo, donde la vida está paralizada.

Hay videos circulando en redes que revelan, al menos en el malecón progreseño, el paso de convoyes policiacos conminando a cientos de personas a retirarse a sus casas porque no se trata de vacaciones. ¡Qué triste!

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