Ganó el silencio en la consulta

Miguel Ángel Sosa: Ganó el silencio en la consulta

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Ya pasó la sombría consulta ciudadana. Sin sorpresas, las mesas de votación en la mayoría de los lugares lucieron desangeladas; en otros sitios, aún con un claro acarreo desde el poder, los votos obtenidos quedaron muy lejos de los objetivos. Pueden llamarle fracaso, pero eso ya se sabía desde el día uno en que se comenzó con esta infamia. 

Por eso era tan importante para el presidente López Obrador que este ejercicio con el que se pretende enjuiciar a los actores del pasado coincidiera con las votaciones del 6 de junio. La participación en la consulta fue mínima y hasta el cierre de esta columna resultaba imposible alcanzar la cantidad necesaria para hacerla vinculante. 

¿Pero qué sigue para el gobierno? Se reforzará el ataque frontal al INE, institución a la que, no en pocas ocasiones, Morena y el Ejecutivo acusaron de obstruir y limitar la difusión de la consulta llevada a cabo este primero de agosto. 

Se buscarán culpables y, como lo afirmó Mario Delgado, darán el siguiente paso: comisiones de la verdad. Llama la atención que esta propuesta del líder morenista no viniera como reacción a los resultados de la consulta en las urnas, sino como un preámbulo declarado tres días antes de que incluso se realizara el ejercicio ciudadano. 

El mensaje era claro desde entonces, que harán lo que quieran sin importar el atropello a las leyes y derechos. Un ejemplo adecuado, tal vez crean ellos, en el marco de la promoción de instrumentos ciudadanos que pretenden enaltecer la democracia y las decisiones del pueblo. 

El otro show vendrá en la mañanera, donde no importan si fueron ocho, cien, mil o cinco mil votos a favor del “Sí”, el Presidente ondeará la bandera del juicio de Nerón sobre los ex presidentes. El pueblo ya habló, dirá el tabasqueño con tono victorioso. La gente quiere que paguen por los delitos equis y ye, agregará para dilucidar alguna idea sobre lo que será necesario ventilar en las siguientes semanas. 

Mientras tanto, el peso de la realidad hará presión sobre las paredes de Palacio Nacional. La pandemia de Covid-19 en su tercera ola y la dispersión de la variante delta que está poniendo al mundo de cabeza; el suministro cada vez más problemático de medicamentos y las muertes asociadas al mismo; la economía en una montaña rusa, de la mano de las fugas millonarias del tren maya, Dos Bocas, Gas Bienestar y los nuevos chistes que se acumulen en los meses siguientes.

Lamentablemente los excesivos recursos empleados para hacer realidad la consulta se habrán tirado a la basura. ¿Cuántos medicamentos para los niños con cáncer se pudieron haber surtido con ese dinero?, ¿cuántos hospitales pudieron haber reforzado su infraestructura ahora que viene lo peor de la pandemia? 

En la consulta ganó el silencio, el desinterés y el desprecio por un ejercicio manoseado a modo que, además, se promovía y patrocinaba en la ilegalidad. Como diría el diputado Juan Carlos Romero Hicks, aquí puro circo, Morena y teatro.

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