Cuando prometer sí empobrece
El poder de la pluma
En los resquicios de un rancio y decadente tipo de política existe un dicho que denota la poca o nula importancia que algunos partidos y personajes dan al electorado. Quizá muchos de ustedes han escuchado en más de una ocasión que “prometer no empobrece”. Pero, ¿qué pasa, cuando desde el poder se promete lo imposible? ¿De verdad, no pasa nada?
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche señaló, con justificada razón, hace más de cien años, que “hacer promesas” es la pesada tarea que la naturaleza ha impuesto al ser humano. Esta afirmación llega a niveles inimaginables tratándose de la política mexicana.
-Les prometo un puente para el río -dice, con voz potente, el vivaz candidato montado sobre un templete, en la que pudiera ser la típica plaza de cualquier municipio del país.
-Oiga, pero… aquí no tenemos río -grita, molesto y con las manos en el aire, uno de los asistentes.
-Pues… les prometo un río, faltaba más -contesta el político, sin sobresaltos y con cara tranquila, personificando a la voz de la experiencia en el arte de prometer todo y, a la vez, nada.
Aunque la anterior anécdota parezca broma, refleja el proceder simplista y burlón con el que muchas campañas se realizan en México: prometiendo lo que sea, sin importar las consecuencias, con tal de ganar.
Lo cierto es que prometer sí empobrece, ya que, entre otras cosas, niega a las comunidades oportunidades de desarrollo, bloquea el acceso a servicios de calidad y tristemente genera en la población sentimientos de conformismo y desesperanza; de los cuales se alimenta, para subsistir, ese esquema perverso de la vieja política.
Prometer lo que no se va a cumplir claro que sí empobrece, al generar una baja calidad en la selección de los representantes populares, quienes, por desgracia, son los que toman las decisiones sobre el futuro de las familias del distrito o localidad que representan.
Ante el actual escenario de polarización y desinterés, la reflexión es importante, porque los tiempos han cambiado, pero a veces pareciera que no tanto. Prometer, refiere el diccionario, es la acción de comprometerse a hacer algo “obligándose a ello”. Dicho eso, hoy más que nunca, la ciudadanía debe sumarse de manera decidida para exigir y poner el acento.