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Se acabaron los mítines masivos y el acarreo a diestra y siniestra, y no gracias a que los partidos hayan hecho un proceso de crítica constructiva, si no porque las condiciones de salubridad así lo exigen. Qué más quisieran los delfines o ex delegados federales, como usted guste llamarles, que arrancar sus campañas con eventos multitudinarios en donde “se muestre el músculo”, pero esta vez, lástima (o no tanto), no podrá ser así.

La pandemia continúa, aunque a muchos gobernantes parece que se les olvida. Con las vacaciones de Semana Santa hemos sido testigos de cómo los turistas atiborran las playas y centros de recreo en el país. Vienen días amargos pues el rebote de la irresponsabilidad se verá reflejado en las cifras de contagios que desgraciadamente no son sólo números, sino personas, familiares, amigos y conocidos.

En este escenario, la política, como todas las demás facetas de la vida tuvo que adaptarse a lo que se ha dado por llamar: nueva normalidad. Debido a la epidemia de covid-19 quedaron cancelados los mítines y actos propagandísticos que por la alta concentración de personas ponen en riesgo a la gente. Qué mal, dirán algunos, qué bien dirán los más.

Pero el ímpetu y, sobre todo, la cargada de recursos, no se quedará inmóvil; veremos, como nunca, una cascada de anuncios en redes sociales que, disculpe que se lo diga, pero, la pura verdad, no tiene cómo evitarlos. Así que cuando entré a su Facebook a ver las fotos de sus nietos, amigos o compañeros del trabajo, se encontrará con caras desconocidas rogándole por su voto.

¿Y de dónde viene ese dinero con el que se pagan esos anuncios digitales?, pues del erario, de los impuestos, es decir, son recursos públicos. Ante ello vemos al partido en el poder llenándose la boca de promesas y a casi tres años, el cambio, lo que se dice cambio, pues no se avizora en el horizonte.

Dijeron hace meses que el cincuenta por ciento de los recursos del partido iban a ser para la compra de vacunas, ¿recuerda que así lo anunciaron con bombo y platillo? Pues resultó que el arrepentimiento se hizo presente y en días pasados el INE confirmó que Morena nunca, lo leyó bien, nunca solicitó el descuento. En pocas palabras, una mentira en toda su extensión de la palabra.

¿Odias la política?, como muchos; ¿te caen mal los políticos?, millones también piensan igual que tú. Pero a pesar del desgano y la apatía que se vive en el país, el verdadero cambio sólo puede estar cimentado en la participación ciudadana. Para derrumbar el muro de la polarización es necesaria una sociedad activa. Tu voto vale mucho, decide y participa, no dejes que otros lo hagan por ti.

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