Utensilios y enseres vernáculos
El poder de la pluma
Los enseres o utensilios y trastes vernáculos mayas son de una amplia variedad y son expresión de la fusión cultural con otros grupos mesoamericanos y del Caribe. Varios de éstos han sido elaborados de piedra, barro, arcilla, madera, bejucos o frutos diversos. Una materia prima excelente proviene de las cucurbitáceas, plantas originarias de América. De estas “calabazas” se aprovechan el fruto, sus flores, semillas, tallos, cortezas o epicarpios. En su Relación de las cosas de Yucatán, Diego de Landa se refiere al género Lagenaria señalando que “además de las [calabazas] alimenticias, hay entre ellas otras para vasos de sus servicios”. Pero no sólo han servido como fuente de alimento, su uso ceremonial y ornamental ha sido importante, prueba de ello son las figuras con formas de calabazas pintadas y talladas; obras artísticas que han dado identidad a los pueblos mesoamericanos, como los mayas.
El recipiente vernáculo por antonomasia es la jícara o luuch, usado para servir bebidas (agua, chocolate y atole) y para colocar ofrendas en los rituales. Se elabora con el fruto del jícaro (Crescentia cujete), pequeño árbol tropical de la familia de las Bignoniáceas, de hojas oblanceoladas y frutos esféricos verde oscuro. Los hay grandes, medianos y chicos. La jícara deja en la boca un saborcito de árbol maduro y oloroso. A la variedad de jícara pequeña la llaman waas, en la que sirven bebidas rituales como el saka’ o baalche’. En los rituales religiosos se cuelgan de un ch’uyub, aro de bejucos atado por tres cáñamos.
Dentro de la familia de las cucurbitáceas destaca una variante de ciclo largo: leek o joma’ (Lagenaria siceraria), el cual seco, excavado y con una abertura circular en la parte superior, se emplea para guardar huevos, semillas, granos y para medir maíz; pero sobre todo para conservar las tortillas calientes. En otras épocas el leek se utilizó para hacerr piñatas.
Otra variante de Lagenaria es el chúuj o chu’ (calabazo, bule o guaje), cuyo fruto usan los campesinos mayas a manera de cantimplora. Se elabora del fruto seco al que se le agujera el pedúnculo para extraer la pulpa. Tiene dos partes en forma esférica con una cintura de donde los campesinos sujetan una cuerda para cargar y llevarlo a la milpa o a la cacería. Se usa también en las ceremonias de rogación de lluvia o ch’a’-cháak para imitar el riego que realizan los cháako’ob, regadores sobrenaturales.
El xtuch’ es otra variante de Lagenaria que da un pequeño calabazo de punta alargada. Ya seco, sirve como sonaja, poniéndole semillas o piedritas. Eventualmente, con este fruto se hacen pequeñas copas o cucharas, sólo que cortadas transversalmente.
Una Lagenaria de fruto alargado -conocido como xkecha en el oriente del estado- del que se confecciona el rascabuche, también conocido como güiro, instrumento de percusión al que se hacen surcos o muescas y dos agujeros para los dedos índice y pulgar del músico..
El proceso de elaboración de estos enseres tiene cierto grado de dificultad que implica cosechar, secar, cortar, hacer incisiones, hervir o cocer mediante diversas técnicas como el píib, extraer sus pulpas y limpiar para dejarlos ya listos.