Respeto a los derechos de la niñez y las mujeres
El poder de la pluma
Niñas y niños forman un grupo vulnerable, al cual hay que proteger y apoyar para darles a aquéllos el tratamiento que se merecen como seres humanos.
Después de muchos años de esfuerzos por parte de países integrantes de las Naciones Unidas se acordó el texto final de la “Convención sobre los Derechos del Niño”, el 20 de noviembre de 1989, con cumplimiento obligatorio para todos los países que la firmaran. En conmemoración de la efeméride se estableció el Día Universal del Niño cada 20 de noviembre.
La Convención se convirtió en Ley en 1990, después de ser firmada y aceptada por 20 países; en la actualidad solo Estados Unidos y Somalia no reconocen esa Convención que tiene por objeto promover los derechos humanos de la infancia.
De la misma manera noviembre trae otra importante conmemoración, la del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el próximo día 25.
Ambas efemérides son ejes importantes para que nuestra sociedad avance en el respeto pleno a las prerrogativas humanas, derechos que están reconocidos primeramente en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en las leyes particulares que se han suscrito para proteger a las personas en contra de los antivalores, como la discriminación, por la cual le damos un trato negativo a las demás personas.
En Yucatán, en relación con los derechos de las mujeres, además de los tratados internacionales, que México está obligado a cumplir, luego de haberlos suscrito y ratificado, está la Ley de Acceso de la Mujer a una Vida Libre de Violencia.
Si respetamos las disposiciones normativas en favor de las mujeres y la niñez el núcleo de nuestra sociedad que es la familia tendrá mejores perspectivas para que, en lugar de los antivalores que tanto nos perjudican, cultivemos los valores que nos distinguen como seres humanos.
Sin ser exhaustivo mencionaré entre esos valores la honradez, el respeto, la solidaridad y la tolerancia, como las puntas de lanza que evitarán que nuestra sociedad se incline más por los antivalores y por tanto sea proclive a la vulneración de los derechos fundamentales.
Realicemos todos lo necesario para impedir que una niña o un niño sean violentados en sus derechos humanos y para que sean protegidos y tengan un sano desarrollo, a la par con las mujeres, a quienes debemos reconocerles sus derechos en igualdad de condiciones que los hombres y ser consideradas como entes de valor, y por encima de todas las cosas, como seres humanos con dignidad.
Hagamos nuestro mejor esfuerzo todas y todos no solo en beneficio de niñas, niños y mujeres, sino para todos y cada uno de quienes integran nuestra sociedad.