Libertad de expresión y periodismo valiente, sustento de derechos humanos
El poder de la pluma
El derecho a la información es una prerrogativa fundamental del ser humano y de la sociedad a la cual éste pertenece. Estar bien informado de los aconteceres de nuestra vida cotidiana y de lo que el Estado hace para proteger, apoyar a la sociedad misma y a cada una de las personas que integran el colectivo social, además de un derecho, es un instrumento eficaz para la toma de decisiones de los individuos que conforman una comunidad auténticamente democrática.
El derecho a la información está tutelado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo Sexto. A su vez, el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Asimismo, están los demás ordenamientos internacionales que México ha suscrito y ratificado.
El derecho a la información y la libertad de expresión han llevado a otro gran derecho de la ciudadanía, como lo es la libertad de prensa, que fue objeto de conmemoración internacional el pasado día 3. En México la libertad de prensa se conmemora el 7 de junio, día establecido en 1951 por el presidente Miguel Alemán Valdés.
A través de la historia, quienes ejercen el periodismo libre y veraz han ofrendado su vida en aras del ejercicio de esa libertad de expresión-prensa para decir lo que consideran es necesario señalar mediante las letras de molde, o las palabras e imágenes que viajan en el aire a través de las ondas hertzianas.
Actualmente México es considerado por muchos como el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo. El 5 de julio de 2010 fue creada la Fiscalía Especial de Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, de la entonces denominada Procuraduría General de la República, y de ese año a 2018 registra 89 homicidios de periodistas y 45 en total de homicidios derivados de la actividad periodística.
Vaya el reconocimiento de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán a las y los valientes periodistas del terruño, que ejercen plenamente la noble profesión que eligieron para orientar a la ciudadanía, y de manera muy especial a quienes laboran para esta casa editorial de Novedades Yucatán que da cobijo a estas letras.
Considero que sin libertad de expresión y la férrea defensa que de ella hacen las y los periodistas no habría sustento alguno para el ejercicio de las prerrogativas humanas.