El respeto a la ley y el Día de la Raza
El poder de la pluma
El pasado día 12 se conmemoró la llegada de Cristóbal Colón a nuestras tierras, las que posteriormente se conocieron como el Nuevo Mundo. Las ya conocidas en ese entonces fueron denominadas el Viejo Mundo.
El “descubrimiento” de América, atribuido al marino genovés, ha tenido diversas interpretaciones a través de la historia, en México no ha sido la excepción. En la página de internet www. gob.mx se indica que: “El vínculo entre el Viejo y el Nuevo Mundo se convirtió el 12 de octubre de 1492 en un nexo significativo. Ambos se interconectaron, iniciando así su intercambio cultural, comercial y religioso, uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la humanidad.
“En México, el Congreso de la Unión decretó el 24 de septiembre de 1892 que este día fuera declarado fiesta nacional. A partir de 1917 se le denominó Día de la Raza, a iniciativa del presidente Venustiano Carranza. Más tarde, Emilio Portes Gil oficializó este festejo cívico y el Congreso aprobó el 10 de octubre de 1929 que el 12 de octubre fuera fiesta nacional, denominada Día de la Raza y Aniversario del Descubrimiento de América”.
La transcripción de ese texto no tiene más fin que dar a conocer una de las formas de interpretar un hecho, contrario a lo sucedido en diversas partes del mundo. En las manifestaciones de rechazo a la figura de Cristóbal Colón, algunas efigies han sido derribadas.
Estos actos, a decir de los autores, fueron en protesta por la discriminación y el racismo.
El 12 de octubre de 1492, fecha del “descubrimiento” de América, historiadores aseguran que otros pueblos llegaron antes, se conmemora con diversos nombres. En España se le denomina Día de la Hispanidad; en Argentina, Día del Respeto a la Diversidad Cultural; en Nicaragua y Venezuela, Día de la Resistencia Indígena; en Chile y Perú, Día del Encuentro de Dos Mundos, y en Estados Unidos, Día de Colón.
Los pueblos tienen derecho a revisar su historia y a corregir los errores u horrores que pudieran haberse dado en la interpretación de algunos hechos, pero lo que no debe hacerse es corregir esos yerros con otros como el uso de la violencia y el vandalismo que lleva a la destrucción de la propiedad ajena y deja una estela de horror cuando se trata de reconocer lo que pudo haberse hecho mal.
No hay que olvidar que el mundo entero lucha por vivir en un estado de derecho, con total acatamiento a las leyes que garantizan la solución a nuestras diferencias de manera civilizada y pleno respeto a los derechos de los demás, sin que eso signifique claudicar de las prerrogativas de quien esté inconforme o reclame justicia por algo que considere que está mal.