Según Alfredo López Austin, en la mitología azteca el mundo surgió después de cuatro creaciones y cuatro destrucciones sucesivas. Las eras llevaron los nombres de los soles dominantes de cada una. La primera, el Sol del Jaguar, fue la era tutelada por Tezcatlipoca. El Sol del Viento, la segunda, fue presidida por Quetzalcóatl. El Sol de la Lluvia de Fuego fue la era gobernada por Tláloc. Chalchiuhtlicue, la diosa de las aguas, fue quien dominó la cuarta era, la del Sol de Agua.

Primero surgió el Sol del Jaguar y terminó cuando Tezcatlipoca fue derribado por Quetzalcóatl; se convirtió en jaguar y volvió a la Tierra para devorar a los habitantes, los gigantes.

Tezcatlipoca tomó venganza, pues regresó al cielo y con un tremendo golpe echó abajo al reinante Quetzalcóatl. En seguida Tezcatlipoca colocó a Tláloc, dios de la lluvia, como el nuevo Sol. Pero Quetzalcóatl volvió a ascender al cielo y provocó una terrible lluvia de fuego que terminó con el dominio de Tláloc. Tomó el mando entonces la diosa del agua, Chalchiuhtlicue. Al igual que los anteriores, su reinado terminó con una catástrofe, una vasta inundación que cubrió todo el mundo. Tierra, viento, lluvia de fuego y agua crearon y destruyeron a los seres que antecedieron al hombre en este mundo.

Los primeros habitantes fueron unos gigantes que se alimentaban de bellotas de encinas y casi todos fueron destruidos por los terremotos o devorados por los jaguares de Tezcatlipoca. Los del segundo sol vivían de piñones o de mezquites. Soplaron vientos terribles y sólo se salvaron quienes se sujetaron a los árboles, pero se convirtieron en monos.

Los del tercer sol se alimentaban de maíz de agua. Sufrieron una lluvia de fuego, arena y piedras. Los que sobrevivieron se transformaron en pavos, mariposas y perros. En el cuarto sol, la lluvia no solo inundó la tierra, sino que se cayeron los cielos. Los supervivientes son los peces.

La era actual, la del Quinto Sol, llamada Nahui Ollin, será destruida por terremotos y hambre general. El fin se anunciará en un mundo cansado, con el sol debilitado y se privará a los hombres del fuego.