Ada y Ava, de Manual Cinema
Un espectáculo escénico fuera de lo común se presentó el pasado fin de semana en la ciudad
Un espectáculo escénico fuera de lo común se presentó el pasado fin de semana en la ciudad: Ada/Ava, una producción de Manual Cinema, compañía norteamericana que combina diversas técnicas en una puesta teatral multidisciplinaria, que del 6 al 9 de abril tuvo funciones en el recinto del Daniel Ayala, todo en el marco de la programación de Mérida Capital Americana de la Cultura 2017.
Mediante la proyección de acetatos sobre fondos de animación en video, marionetas y actores, el teatro de sombras fue cobrando vida en la pantalla. Al mismo tiempo, los espectadores podíamos ver la obra en sí y el trabajo de los creadores que, debajo, se coordinaron a la perfección para elaborar mediante la tecnología y métodos artesanales una fábula en torno a dos hermanas gemelas que son separadas por la muerte de Ava.
Así, durante poco más de una hora, elementos simbólicos y surrealistas forman parte de esta historia que carece de diálogos pero que se encuentra pletórica de acciones, con gran trabajo corporal por parte de los realizadores y actrices, que de esta manera exploran el inevitable paso del tiempo, la nostalgia, la soledad, la memoria y la fugaz existencia terrenal.
Aunado a la anterior, el ensamble musical compuesto por guitarra, percusiones, efectos electrónicos, chelo, teclado, flauta y voz, tiene como el leit motiv la canción Solitude, original de Duke Ellington y que popularizara Billie Holiday, uno de los estándares de jazz más reconocibles de la historia. Asimismo, durante esta fantasía de contrastes de luz sobre espacios negativos, pudimos identificar referencias cinematográficas tales como el laberinto de espejos de La dama de Shanghai, de Orson Welles; el juego de ajedrez con la muerte de El séptimo sello, de Ingmar Bergman, y literarias como Alicia a través del espejo, de Lewis Carroll.
En resumen, un espectáculo de primer nivel que se ofreció de manera gratuita para los meridanos y que, además, no quedó en la mera realización escénica, sino que fue acompañado de talleres en los que artistas de la localidad pudieron conocer y aprender dichas técnicas escenográficas y de ambientación. Es decir, que la derrama cultural fue positiva e integral. Enhorabuena para Erica Millet y los organizadores, que nos dejan en espera de qué más nos depara este año de la ciudad como Capital Americana de la Cultura. Continuaremos pendientes…