Una semana pasada por agua; sí que ha llovido en serio. ¿Será que por tanta lluvia todavía no sale el presidente estatal del PAN, Raúl Paz, a decir si continúa Chucho o le van a dar descanso? Tal parece que la lluvia vino a calmar un poco ese tema que está muy ácido, pero, en fin, habría que preguntar: ¿por qué lo protegen?, ¿será que todos están unidos en cadenita?, ¿o lo quieren como candidato?, ¿o simplemente es parte de ese doble discurso en el cual dicen una cosa pero actúan de otra forma? Es como el Frente Cívico Familiar que no ha dicho nada al respecto; ese estado de mudez sólo recupera el habla cuando se trata de hablar contra el PRI y más, en campaña.

Por cierto, se me hace muy acertada la propuesta del edil Mauricio Díaz de que se sancione a los que se estacionan de manera incorrecta en los cajones para personas con discapacidad; esa es una gran propuesta, porque da coraje ver cómo gente ocupa esos lugares con total desfachatez, todo por la flojera de no caminar un poco; ¡mare!, ya ni uno que carga tremendo mondongo.

¡Mare!, la semana pasada terminaron las presentaciones de la obra “Pagliacci”, una gran producción, de la cual me llena de mucho agrado que la escenografía fue realizada por talento yucateco; don Manuel Encalada, un escenógrafo que lleva toda su vida dedicada a ello, desde el extinto teatro "Héctor Herrera", y ver que le den la oportunidad a gente yucateca, en vez de traer gente de fuera que le pagan un dineral; da gusto ver y que se demuestre que en Yucatán hay talento; ojalá lo entiendan algún día los del Ayuntamiento y sus festivales y los organizadores del FICMaya, y en vez de darle tantos espacios a gente de fuera, también se lo den a los artistas locales, y sobre todo que no les malpaguen su trabajo, porque a los de fuera les abren la cartera, y si no lo creen, sólo chequen cuántas funciones hicieron los del espectáculo de percusiones que trajo el Ayuntamiento de Mérida; mejor como cantan en Pagliacci, Vesti la giubba, cambio de traje para ver a México vs Alemania: horchata vs cerveza, ¡mare, está difícil, masinó!.