Por necedad y por necesidad
El caso de las lámparas fue siempre un asunto político, no un problema social.
Qué onda así, me imagino que muchos de ustedes deben de estar asoleándose en las playas de nuestro Estado, cómo hay playas bonitas; en lo personal a mí me gustan Chelem y las de Uaymitún; las de más para arriba están bonitas, pero es una zona de alto pedorraje. El caso es que muchos están asoleando la res, pero otros trabajando, así que vamos a continuar con mi pedacito de los jueves, porque la cosa está caliente, con todo y las lluvias, está "chocó-chocó", sobre todo con el tema de las lámparas. A diferencia del caso de Ballote, al cual los dirigentes de su partido lo dejaron solo con ese tema tan ácido, porque nadie opinó a favor de su versión, caso distinto fue con Renán Barrera, vino la dirigencia nacional y la estatal se unió para respaldarlo después de que la Corte falló en su contra en el caso de las luminarias, ganando ABC Leasing el juicio tan sonado después de varios años de litigio.
Resulta que la gente se pregunta: ¿quién perdió?, ¿el PRI o el PAN? Creo que perdió la ciudadanía, son muchos los millones de pesos que va a tener que pagar el Ayuntamiento con el dinero de los meridanos; indistintamente si ya los ahorraron o no, es dinero que se deja de invertir en necesidades para invertirlo en necedades. Si no se hubiera encaprichado el exalcalde con las lámparas, que más que ser un tema de necesidad era un tema político, no tendríamos los meridanos que pagar los platos rotos, bueno más bien las lámparas. Hasta la contadora Ana Rosa Payán declaró que había hablado del tema con Renán, aconsejándole que no lo hiciera y que mejor negociara, porque podía caer en un error, y no escuchó una voz, por seguir con su capricho, y hoy los meridanos pagaremos ese capricho. Ahora bien, no todo se resume a lo que se pagará por el fallo en contra del Ayuntamiento, también hay una pérdida por todas las lámparas que se están pudriendo en tres bodegas por las cuales se deben pagar como 50 mil pesos aproximadamente cada mes; la calculadora sigue sumando y los bolsillos de los meridanos seguirán restando, todo por una necedad y no por una necesidad, ¡masinó!.