Tanta luz para pocos fusibles
La expectativa del Filux fue muy alta, pero los comentarios de la gente es que quedaron a deber con las luces que trajeron
Mare está arreciando el calor en nuestro pueblo, y eso que todavía no está en su apogeo como en abril y mayo, que es cuando el sol raja piedras pero con ganas; mientras tanto, vamos a darnos un baño o una chaleada o ya de perdido, como antiguamente, dos entalcadas y listo vas a estar fresco, eso sí con su respectivo pichel con su bebida de preferencia, y un poco de botana para que amarre; mare ya se me antojó un pedazo de kastakán, mare pero si me paso voy a correr, pero al baño, mare cuando te agarra el chotnak corres a velocidad de la luz.
Hablando de luz, el fin de semana terminó la tan sonada, anunciada y cacareada Filux, que arremolinó a mucha gente que quería ver las luces espectaculares que trajeron a la ciudad, una publicidad que llamó mucho la atención y cumplió su objetivo porque amontonó a la gente en la Plaza Grande y Paseo de Montejo, pero la expectativa por el evento como que no se cumplió al cien por ciento; de primera entrada, hubo gente que se pasó más de cuarenta minutos buscando dónde estacionarse para poder disfrutar el evento, algunos sí aguantaron como los valientes, pero muchos más abortaron la misión por la molestia de no encontrar dónde dejar el auto.
Es una realidad que la expectativa fue muy alta, pero los comentarios de la gente es que quedaron a deber con las luces que trajeron, fuera de las tocayas, las bolas que estaban en la Plaza Grande, y el arco iris que estaba en Montejo, lo demás dicen que eran lucecitas o piezas no tan espectaculares, pero lo importante es que se sigan creando estos eventos que sirvan de revulsivos a la economía.
Ahora yo me pregunto: ¿por qué no crear cosas que resalten, fortalezcan y fomenten lo que representa a nuestro Estado? Tal parece que en el Ayuntamiento están encaprichados con todo lo que huela a extranjero, cuando primeramente se debería de apoyar lo nuestro y mostrarlo con mucho orgullo y por delante. ¿Acaso la gente del Ayuntamiento de Mérida no siente lo que es ser yucateco o, peor aún, no siente orgullo por sus raíces o no es de Yucatán?