Lizama de oro y plata
¿Qué ocurre cuando suben a escena el amor, pasión y respeto?
Esta semana no voy a hablar de polaca, simplemente ma. No voy hablar de política porque quiero dedicarle esta columna a quienes une algo más que el amor que existe entre una madre y su hijo, porque hay una unión muy grande que está enmarcada por unas paredes en las cuales se encierran todos los sentimientos y expresiones del universo, esas paredes encierran algo que se llama escenario, en el cual cada paso que das se vuelve una historia del libreto de tu vida; dos carreras distintas, pero que en algún tiempo y espacio se unieron para ir de forma paralela y a la cual los une un eslabón, que es el amor y la pasión por la escena.
Ser una primera actriz no es nada sencillo de lograr, pero aún recuerdo el sinfín de noches que disfrutaba cada uno de sus movimientos y diálogos cuando le daba vida a Candelaria Puc y May, personaje emblemático de nuestro teatro regional, al cual le da vida una primera actriz, doña Madeleine Lizama, que ha sabido interpretar a muchos personajes, desde una madre coraje, a una guerrera Aldonza y la noble Candita; a la lista se suma un sinfín de personajes a los que le ha dado vida con su gran histrionismo, que no a cualquiera le corre por las venas. Ricardo es la continuación de un legado que ha sabido forjar su propio camino, con base en amor, pasión y respeto por la escena, la cual ha navegado desde los puertos de actor, director, escritor y productor, dueño de una facilidad escénica para crear latiguillos y con un carisma distinto para cada uno de sus personajes, donde siempre el factor sorpresa estará inmerso en cada una de sus escenas.
Hoy al tiempo y la distancia, se han encontrado en la escena de la vida con una dramaturgia que podría reflejar la vida o pasajes de la misma de muchos que han caminado por la escena, se llama “Doña Nefasta”, de Andrea Lizama, un texto donde se juntan un actor y una actriz, se unen dos grandes actuaciones, y sobre todo se amalgaman una madre y un hijo haciendo lo que más les apasiona: actuar. Hoy tenemos a una Lizama de oro y uno de plata, 50 y 25 años de carrera se dice fácil, pero son muchas noches de desvelo, de trabajo, muchas noches de teatro y pido que vengan más. Aplausos.