Desarrollo sustentable
El poder de la pluma
El objetivo común de toda la humanidad durante todas sus épocas ha sido la mejora en la calidad de vida, disponiendo de los recursos de la naturaleza, pero asegurando la subsistencia de las generaciones futuras, es decir heredando un mundo mejor para todos los que vienen detrás. Bajo esos términos, las generaciones del presente pueden y deben valerse de los medios proporcionados por el ambiente que los rodea para ir creciendo en el desarrollo de una mejor vida en todos sus aspectos. Pero en todo momento debe existir una consciencia de conservación y utilización adecuada de los recursos naturales, ya que de éstos mismos podrán mantenerse los seres humanos en tiempos posteriores.
Asegurar la sintonía armoniosa entre crecimiento económico, protección del ambiente y la sociedad como centro de todo es la labor actual de todas las naciones que desde hace unas décadas han sumado importancia al desarrollo pleno del hombre en un entorno saludable con oportunidades de existencia futura. Recordemos amigos lectores de Caleidoscopio que en 1992, en Río de Janeiro, Brasil, se llevó a cabo por primera vez la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, popularmente conocida como Cumbre de la Tierra, a la que asistieron más de 100 jefes de Estado y representantes de 179 gobiernos, así como personas vinculadas al mundo empresarial, ONG’s, organizaciones sociales, trabajadores y pueblos indígenas.
También se definió la llamada Agenda 21, la cual es un programa de la ONU que plantea una serie de acciones para promover el desarrollo sustentable, tomando en cuenta las dimensiones sociales y económicas; conservación y gestión de los recursos naturales para el desarrollo; fortalecimiento de los grupos principales y los modos de ejecución. Para lograr este desarrollo sustentable se debe revitalizar el crecimiento; satisfacer las necesidades esenciales de trabajo, cambiar la calidad del mismo; alimentos, energía, agua e higiene; asegurar un nivel de población sustentable; conservar y acrecentar la base de los recursos; reorientar la tecnología y controlar los riesgos; integrar la economía y el medio ambiente en las decisiones.
Hoy podemos asegurar que mantener un continuo aumento económico y a la vez sostener la conservación del medio ambiente y los recursos no renovables es todo un gran reto.