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En junio de 2019 fue aprobada por el Congreso estatal una reforma a la Ley General de Manejo de Residuos presentada por el gobernador Mauricio Vila Dosal, en donde se promueve la reducción gradual en el uso de bolsas de plástico, popotes plásticos así como contenedores de unicel, decisión que ya están adoptando otros estados, como Quintana Roo. Con la aplicación correcta de la ley y su reglamento se espera que en un plazo de dos años en nuestro estado se estén utilizando materiales alternativos para contenedores de alimentos, bolsas elaboradas con un mínimo del 30% de material reciclado o biodegradable y podamos avanzar en una eliminación formal del plástico de un solo uso y contenedores de unicel. La primera fase de esta nueva legislación dispone que los establecimientos comerciales cercanos a cenotes, áreas naturales protegidas y reservas ecológicas en Yucatán contarán con 6 meses para migrar a bolsas y popotes hechos con materiales biodegradables; mientras que los supermercados contarán con 12 meses y las empresas dedicadas a la venta al mayoreo y menudeo, 18 meses. Una vez que concluyan estos periodos, todos los establecimientos que hagan uso de popotes y bolsas ya deben de haber migrado a utensilios fabricados con materiales de rápida degradación.

En total, la modificación a la Ley para la Gestión Integral de los Residuos contempla la reforma de 6 artículos y se expiden 3 transitorios con el fin de sentar las bases para contribuir a un mejor manejo de residuos en Yucatán, incluyendo la producción, distribución, consumo y desecho de bolsas y popotes de plástico. Apenas el pasado 10 de enero fue publicado el reglamento de la mencionada ley, es decir que los tiempos para cumplimiento ya están corriendo. Lo importante es que los usuarios de estos productos cambiemos nuestros hábitos de consumo y transitemos hacia una economía circular que nos permita una nueva cultura de sustentabilidad. No nos resistamos al cambio, hagamos la prueba, hay que atrevernos a dejar de pedir bolsas en las tiendas de autoservicio, llevemos nuestro sabucán (morral) o bolsa de tela; es como regresar al pasado, donde el plástico no acaparaba todas las formas de traslado de nuestros productos.

Amig@s lectores, yo les invito a que iniciemos esa transición hacia una nueva forma de vida, más sustentable y respetuosa de lo que nos rodea. Quiero aclarar que una de las ventajas de cambiar es que no veremos tanto plástico regado por todas partes y eso además de ayudar al medio ambiente favorecerá con un paisaje más limpio y por ende tendremos menos posibilidades de contraer enfermedades que se derivan de la mala disposición de los residuos sólidos generados y eso es ganancia. No esperemos a que se cumpla el plazo para cumplir la ley. Seamos responsables de nuestros residuos e iniciemos la reducción en el consumo y manejo adecuado de lo que generemos, reutilicemos todos los productos que nos lo permitan, separemos nuestros residuos, en pocas palabras seamos más responsables de nuestros actos y no comprometamos el entorno natural para las nuevas generaciones.

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