El memorando del retroceso
El poder de la pluma
El presidente de México dirigió a servidores públicos e integrantes de los órganos reguladores del sector energético, el pasado 22 de julio, un extenso memorando de 8 páginas, en el cual les expone los lineamientos básicos de una “nueva política energética” que, según él, deben aplicarse “en beneficio del pueblo y de la nación”.
Ese memorando es, en primera instancia, ilegal, puesto que pretende, y así lo expresa de manera textual, orientar los criterios que deben seguir los responsables de dichos organismos autónomos en el ejercicio de su encargo, que es regular el funcionamiento eficiente, en beneficio del pueblo y de la nación, del mercado energético mexicano.
Concatenando el primero y el último párrafos, dice que se dirige a estos organismos, con absoluto respeto a su autonomía, e invita a no permitir que terminen convertidos en simples instrumentos de simulación, instancias a modo y en andamiajes serviles. Pero en los hechos, en todos los párrafos entre el primero y el último, lo que hace el presidente es violar esa necesaria y deseable autonomía, e intenta convertirlos en sus propios instrumentos de simulación, a su “modito”, y obtener de ellos un servilismo ciego a sus mandatos.
Pero lo más grave y peligroso para México y su pueblo es que, de obedecerse como él espera, nos llevará a todos por una vía rápida y segura al retroceso, a una situación de obscuridad y ruina de la nación, como nunca antes en la historia. Si no lo estamos ya, de emprenderse esas acciones, nos colocarán al borde del colapso. Aquí convendría discernir si será el colapso de la 4Tragedia, o permitiremos el colapso del país.
Sin pudor alguno plantea en su memorando regresar a las políticas que aplicaron Lázaro Cárdenas del Río y Adolfo López Mateos. Suponiendo sin conceder que aquellas políticas fueron exitosas y de beneficio para la nación, lo cierto es que respondieron a su tiempo y a sus circunstancias. Hoy estamos en un momento muy distinto de la historia y sujetos a condicionantes que demandan respuestas claramente diferenciadas.
Al enumerar los compromisos, acciones y cambios que pide emprender, en el punto 7 sugiere priorizar y optar por lo más rentable en la industria eléctrica, pero pronto, al llegar al punto 12, contradice y desbarata ese enunciado, al pedir un cambio de orden en el despacho para alimentar el sistema eléctrico nacional, que dé preferencia a tecnologías de generación más caras antes que a las más eficientes. Adicionalmente, esas tecnologías más costosas del pasado también son altamente contaminantes y dañinas para la salud del pueblo de México, un problema grave que afecta desproporcionadamente a los más vulnerables: a los más pobres y a las comunidades indígenas.
Es notoria y lamentable la ausencia, en el memorando del retroceso, del tema ambiental. La crisis climática que amenaza al planeta, y cuya peligrosidad es aún mayor que la del Covid-19, es ignorada por la presidencia, con tal de imponer su ideología del fracaso.