Detrás de cada adversidad hay una oportunidad
Roberto Díaz y Díaz: Detrás de cada adversidad hay una oportunidad
Si tienes problemas, dale gracias a Dios, porque eso quiere decir que te ama y espera tu superación ante estos “retos” que pone en tu camino. Tal vez tu respuesta sea que en esta “cuesta de septiembre” la situación económica se te viene encima y no puedes con tus pagos, problemas y enfermedades.
No hay que olvidar que, detrás de cada adversidad hay una oportunidad. Para los chinos, la palabra crisis significa oportunidad. Cuando la vida nos ponga ante una encrucijada o un acontecimiento que para nosotros sea problema, debemos pensar cómo manejarlo y salir adelante.
Casi todo nos puede provocar estrés, pero hay algo importante: “El estrés no se encuentra en las situaciones o en los incidentes, viene de la forma de cómo reaccionamos a los eventos. Para que el estrés se produzca y tenga una influencia negativa en nuestra salud, debemos experimentar algo parecido al peligro; cuando esto pasa, se genera ansiedad y regularmente sentimos miedo o que algo atenta con nuestra supervivencia”.
Por tanto, cuando tengamos un problema hay que cuestionarnos: Primero: ¿de dónde viene este problema? Al contestarnos esta pregunta vamos a entender qué es, para que nuestra naturaleza humana dé un brinco para ser mejores. Tal vez sea una enfermedad que esté afectando nuestro cuerpo por un estrés no controlado, o un problema que no hemos aprendido a manejar. La vida cada día nos está cuestionando si somos felices, si estamos en plan de crecimiento, y depende de nuestra respuesta para vivir en plenitud o empezar a morir en magnitud.
Segundo: ¿Este problema, hacia dónde me lleva? ¿Me motiva a hacer un alto en mi vida para empezar cambios y poner límites a los sucesos que me están afectando o enfermando, o me lleva a empezar a motivar mi entorno, en hacer una superación en la esfera mente-cuerpoespíritu? Tal vez me esté llevando a cuestionar sobre mi vida, si lo que hago me gusta, o por qué tengo que hacerlo. Es importantísima esta respuesta para saber si somos felices o caminamos con nuestro ataúd a cuestas. Porque lo importante en la vida no es lo que hacemos para vivir, sino lo que hacemos para sentirnos vivos.
Tercero: ¿Qué puedo hacer? y ¿hacia dónde voy con este suceso que está afectando mi vida? Cuando nos pasa algo, ya sea una desgracia, un accidente, o una enfermedad como un cáncer, o bien algo que nos puede llevar a la muerte, hay que cuestionarnos no por qué a mí, sino para qué a mí. Nosotros somos los milagros hechos realidad para solucionar los sucesos que acontecen en este mundo. Tal vez hoy Dios nos está hablando para que hagamos un cambio y no sabemos escucharlo. Tal vez nuestra miopía ante la vida, al ver todo negativo y pesimista, nos hace encerrarnos y no buscar una solución a nuestros problemas, los cuales son oportunidades para nuestra superación.
Si tienes problemas, dale gracias a Dios, porque eso quiere decir que estás vivo y tú eres el milagro hecho realidad para que nuestro mundo sea mejor, más bello y fácil para vivir. Quitemos la palabra problema y pongamos oportunidad, quitemos la palabra fracaso y pongamos enseñanza. Porque la vida siempre es bella, aunque no lo veamos, y Dios siempre es justo, aunque no lo entendamos.
¡Ánimo! de esta pandemia saldremos adelante.