López-Gatell o la pandemia como demagogia
El poder de la pluma
Año Nuevo marca un corte simbólico en nuestro acontecer cotidiano, corte que instauramos con la intención de renovarnos cada ciclo prometiéndonos una vida más sana o eliminar un aspecto negativo, aunque también cada tres y seis años significa disfrutar el espectáculo que ofrece la clase política en su lucha por ocupar un asiento en el tren de las campañas electorales, para lo cual, como si un ejercicio de sanación se tratará, liberan todo el rencor contra sus adversarios para limpiar su conciencia contrastando sus “pequeños errores” contra los “imperdonables pecados” de sus opositores.
Entre la clase política existe un adagio escrito en piedra: el que saca primero la cabeza, se la vuelan; un ejemplo muy claro lo vimos con el subsecretario de Salud Hugo López Gatell, que siguiendo el camino de los héroes trágicos de la antigua Grecia, con el inicio de la pandemia pasó de la oscuridad de su oficina a los reflectores nacionales con su estrategia para evitar el brote del Covid-19 en nuestro país, convirtiéndose primero en el nuevo galán nacional, con un estilo de manejar sus conferencias contestando preguntas de los reporteros (muchas de ellas ilógicas) y una aparente paciencia para resolver cualquier duda.
En estos tiempos digitales, López Gatell arrasó en los sistemas de mensajería instantánea con stickers al por mayor y en redes sociales con memes e imágenes que subían los internautas presumiendo que seguían las recomendaciones de salud al pie de la letra. Sin duda, en los primeros meses de la pandemia fue la máxima autoridad en el tema, con un gran respaldo ciudadano que lo defendió contra los primeros ataques de los opositores a su partido político, sin duda una campaña mediática pensada para convertirlo en el héroe de estos tiempos oscuros.
Quienes manejaron esa campaña de salud olvidaron que entre políticos hasta la peor desgracia es demagogia. Con la anuencia tácita del presidente, el rencor morenista tuvo como vocero a Javier Alatorre en la entrevista que le hizo a López Gatell, en donde exhortó a la población a ignorar su estrategia, así la pandemia fue terreno fértil para que los opositores y rivales de partido crucificaran con velocidad meteórica al subsecretario de Salud, multiplicándose la desinformación, usando los decesos para culparlo y apodarlo Dr. Muerte. Al final lo usaron de ejemplo para advertirle al gabinete que nadie brilla más que el mandatario.
Con las próximas campañas en puerta, es necesario recordarles a los candidatos que como ciudadanos estamos cansados de oír recriminaciones, quejas o tratar de usar esta pandemia como un arma contra sus rivales, porque bastantes hogares perdieron a familiares por el Covid-19, muchos estamos hartos de promesas de saliva sin hechos posteriores. La pandemia sin duda será un arma que explotarán al por mayor contra los actuales mandatarios, sin aportar nada a la solución, ni señalar que muchos de los repuntes de los indicadores se deben a la ausencia de responsabilidad de nosotros los ciudadanos.