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Amanecieron, La Columna Viernes Cultural y El Transcriptor, preocupados, por la preocupación del gobernador ante la falta de recursos para animar a su administración, y porque recibiría menos fondos federales para el siguiente año.
Su secretaria de Administración y Finanzas estimó una reducción de poco más de 350 millones de pesos “en términos reales” en el presupuesto para Yucatán durante 2020, según declaró a Novedades Yucatán, en las primeras cuentas que elaboró en septiembre último.

Las cuentas siguieron: Como no les alcanzaría el “ahorro” de un mil millones de pesos anuales que vaticinó al comenzar el periodo de gobierno, entonces arremetieron en contra de siete entidades públicas que desaparecerían a partir de enero próximo, y con lo cual “ahorrarían” cien millones de pesos al año en lo que resta de la administración.

Pero, suponen los queridos de los viernes, ni así alcanzaría para cubrir las exigencias sociales del pueblo yucateco. En cambio, lo que sí sube, y rápidamente, son las quejas.

Los jubilados y pensionados del Isstey se manifiestan cotidianamente ante Palacio de Gobierno, los maestros denuncian irregularidades en sus pagos y por el (mal) trato de las servidoras públicas de primer nivel de la Segey, bueno, hasta algunos de sus “aliados” sufren también, como los empresarios y profesionales de la construcción, por “la escasa obra pública por parte del gobierno estatal”.

El presupuesto de egresos, se dice, no alcanza para todos. Los 40 mil 586 millones 550 mil 939 pesos, que se ejercerían en el año que finaliza, al parecer fueron insuficientes para impulsar el desarrollo económico.

De ahí los llamados de apoyo que hace a los empresarios organizados de la entidad: “La única manera de salir adelante ante las dificultades financieras es mediante la unión de esfuerzos entre sociedad, Gobierno e iniciativa privada, todo con el propósito de que a los yucatecos les vaya bien”. Requiere que los miembros de las cámaras empresariales inviertan dinero privado ante la ausencia de dinero público.

Preocupados, ya se dijo, los también próceres de los viernes se cuestionan: ¿Estará arrepentido de haber concursado para la titularidad del Ejecutivo yucateco? ¿Lamentará haber dejado la venta de los sandwichitos, por ejemplo, los de “pollo rotisserie”, “costillas BBQ”, “chicken y bacon ranch”, “albóndigas”, “roast beef”, “pavo y jamón”?

No se sabe, porque son pensamientos íntimos, protegidos por la ley. ¡Qué angustia!, se duele La Columna Viernes Cultural. Algo hay que hacer, y rápido, concluye. ¿Tú qué harás? El erotómano de su vida, luego de analizar y reflexionar a profundidad, remata, luego de un sorbo de su delicioso espresso doble.

Les cantaré una canción, para aliviar las penas gubernamentales:
“…Ahí te dejo estos dos pesos,/ Pagas la renta,/ El teléfono y la luz./ De lo que sobre,/ Coges de ‘ay para tu gasto,/ Guárdame el resto, / Pa’ comprarme mi alipús…”.

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