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Desde el convento de San Jerónimo, Sor Juana compuso la mayoría de sus poemas, rodeada de libros, instrumentos musicales y científicos, que solo pudo poseer por las prebendas de las que gozó por un tiempo; en ese recinto concibió el mejor poema extenso escrito hasta hoy en día: “Primero sueño”, que apareció en 1692 en el segundo tomo de sus obras completas; aunque ella misma hace alusión a él como el único texto que escribió por gusto y no por encargo, refiriéndolo como un papelillo al que llama “El sueño”. Lo relevante es que en este poema plantea sus ansias de conocimiento, de poder poseer toda la información y poder mirar y aprehenderlo todo de un solo golpe, sin imaginar que siglos después existirían el internet y las redes sociales.

Margo Glantz toma unos versos del referido poema como punto de partida: “Y por mirarlo todo, nada veía” que dan título a uno de sus mejores libros, donde explora uno de los problemas actuales que ha traído la proliferación de información, fakenews, opiniones y comentarios en las redes sociales donde se hace evidente que estamos viviendo un mundo en el que “todos hablan y nadie escucha”, y más allá de eso, como bien decía Sor Juana continuando con los versos mencionados, “ni discernir podía”. Discernir en el mar de información que nos inunda todos los días es casi imposible. Así lo demuestra Margo al inicio del libro: “Al leer las noticias, ¿cómo decidir qué es lo más importante?...” y esta pregunta detona un hilo de 164 páginas en las que, sin pausas ni puntos y aparte, se despliegan un collage de información, imágenes y datos entre relevantes, banales, literarios, de interés general y trivialidades que se generaron en un período de dos años en las redes sociales, información al infinito que ya no somos capaces de discernir desde un plano objetivo para diferenciar lo que es producto del apasionamiento y la irracionalidad que llevan a escribir y hacer virales opiniones o información carente de validez o de certeza, acusaciones infundadas que provocan el linchamiento social donde todos comparten y difunden, actuando por imitación, pues muy pocos analizan lo que ven y leen.

Sor Juana misma planteó que demasiada información, demasiada luz, provoca una ceguera, como la que nos invade porque estamos pasando de la liberación por falta de pruebas de los policías involucrados en la desaparición de los 43 normalistas al nuevo pleito de las Kardashian y de ahí a que los mosquitos sean 180 veces más mortales que los leones, por ejemplo.

El peligro de dejarnos influenciar desde las redes sociales también ha sido muy claramente expuesto en el documental “Nada es privado” que demuestra lo frágiles y vulnerables que somos, a tal grado que fue posible posicionar al candidato menos popular en la Presidencia de Estados Unidos; y es que acaso ¿nos es ajeno?

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