Sobre la voz huracán
El vocablo huracán es de origen taíno y lo define como “viento de fuerza extraordinaria y temible...
Según el Diccionario de la Lengua Española, el vocablo huracán es de origen taíno y lo define como “viento de fuerza extraordinaria y temible que, a modo de torbellino, gira en grandes círculos, cuyo diámetro crece a medida que avanza apartándose de las zonas de calma tropicales, donde suele tener su origen”. Algunas referencias señalan que Cristóbal Colón hacía mención de este vocablo en uno de sus diarios, aunque sólo aparece en fuentes de segunda mano.
La voz huracán aparece en el Popol Wuj (escrito hacia 1550 en maya quiché con caracteres latinos). La traducción hecha por Adrián Recinos, del FCE, señala Huracán [Jun-raqan, según el quiché Juan Colop], Lit. “el corazón del cielo” como el nombre de una de las deidades creadoras. Este autor indica:
“Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón el Cielo, que se llama Huracán”. En capítulos posteriores precisa que esta divinidad participó en la destrucción del mundo a través del agua para castigarlos porque no habían pensado en su madre, ni en su padre, el Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por esto se oscureció la faz de la tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de noche.
Según Adolfo Castañón, los cronistas Pedro Mártir de Anglería, Gonzalo Fernández de Oviedo y Fray Bartolomé de las Casas usan la voz huracán, en sus crónicas del siglo XVI, sólo para referirse a las tormentas en las islas del Caribe, y sur de Centroamérica, donde estaban asentados los taínos.
En el maya yucateco, el Diccionario Maya Cordemex define huracán como chak ik’al (de chak, en voces compuestas: muy, mucho, cosa grande o gigante; ik’, viento y el sufijo de relación –al) Lit. “gran tempestad” de mar y viento; “ciclón” con la expresión noh ik’ (Lit. “gran viento”), y “tempestad” como noh moson (Lit. “gran remolino de viento). Como puede verse, ninguna de estas expresiones mayas se asemeja a la expresión “huracán”, a no ser por la primera vocal “u”, que en yucateco sería el artículo indeterminado “el” y la última sílaba “can” [ca’an] que significa “cielo”.
Si consideramos que los indios taínos, del grupo arahuaco, que habitaron el Caribe y Centroamérica, tuvieron contacto con grupos del área maya desde antes de la invasión española, esa podría ser la evidencia del origen maya de huracán. Estudios más profundos nos ayudarán a saber si fueron algunas lenguas mayas las que la tomaron prestada del taíno, o los taínos de alguna lengua maya.