Homofobia (1)
El poder de la pluma
La homofobia es una supra ideología sostenida por ideologías de derecha, centro e incluso de izquierda que operan a nivel individual, comunal, institucional, cultural y moral, dirigida en forma irracional contra las personas por su preferencia sexual, sin importar su clasificación, sean hombres o mujeres. Para que usted, caro lector, pueda realizar un diagnóstico del tipo y grado de homofobia que priva en nuestra entidad voy a poner como ejemplo lo que se difunde en muchos medios de comunicación que utilizan a comediantes regionales para hacer de la homofobia de su audiencia un medio de proselitismo homofóbico. En la radio podemos escuchar a locutores que hablan con el tono vocal típico de los homosexuales; sucede lo mismo en la televisión, en su barra programática se utiliza el homosexualismo como forma de divertimento, basado en bromas, ridiculizaciones o escarnios. Normalmente el chacoteo está dirigido a los homosexuales hombres, tal vez el homoxualismo femenino no se ha comercializado aún.
La línea de estos programas es presentar a los gays como individuos pintorescos, curiosos, extraños, veleidosos, seres sin derechos y nada dignos de respeto. En resumidas cuentas, seres extranjeros y anormales para una sociedad que distingue dos campos eróticos: hetero, lo natural; homo, lo inmoral. La retroalimentación en doble línea da resultados manifiestos en un lenguaje injurioso: “lesbia”, “lencha”, “torti”, “maricón”, “joto” y algunos otros adjetivos sancionados en las canchas de futbol y considerados como discriminatorios, pero que se justifican como parte de nuestra cultura. La sexualidad es compleja desde el enfoque binario que siempre se traduce en la exclusión social del otro, sumado a la minusvaloración política por no concordar con la determinación biológica del sexo. Desigualdad, marginalidad e intolerancia a una personalidad jurídica son formas de manifestaciones de fundamentalismo civil, religioso o cultural. Nada, solo símbolo de la modernidad.
Por lo común los homofóbicos, algunos también le llaman gayfóbicos, son además xenofóbicos, racistas, clasistas, etc.; los migrantes huaches o foráneos y los homosexuales son personas con costumbres extrañas, cuyo único propósito es amenazar de manera directa la formación cultural y moral de la sociedad en donde se desarrollan, por lo que marginarlos y desconocer sus derechos fundamentales es una acción obligada que justifica esas acciones.
Ahora bien, la homosexualidad que tanto desagrada a muchos, y lo manifiestan a través de acciones homofóbicas, es de seres humanos practicantes de su preferencia sexual, además, como nacionales, tienen protección en las leyes mexicanas, ya que los derechos humanos se aplican por igual a todos independientemente de su orientación sexual. Tratar de construir diques a las acciones progresivas a la existencia de homosexuales es una acción futil. Mejor es tomar el ejemplo del rey Akbar, que preservó su reino hindú basado en la tolerancia.