El tráfico de la fe
El poder de la pluma
Creer que un humano representa a Dios siempre resulta una mala decisión. De ahí que le dé la razón a Richard Dawkins, quien, en su Gen egoísta, diserta sobre las conductas de los seres humanos desde el punto de vista biológico. Al leer este extenso trabajo pensaba en esos dirigentes espirituales que en los últimos años han cometido holocaustos entre sus seguidores religiosos. No se trata de generalizar, pero existen movimientos de esa índole en donde los líderes abusan de sus crédulos y es que la práctica de la fe se basa en mucho en la capacidad de manipulación de la conciencia; ejemplos existen en el terruño, como el de enero de 2015, cuando un médico pastor de Dzidzantún encerró en su templo Eben-Ezer a decenas de mujeres y niños bajo del supuesto fin del mundo.
En las comunidades mayas existen casos múltiples de pastores y clérigos abusadores de mujeres y niñas, esto no es un misterio, ni caso difícil de esconder, todo se toma como parte de los usos y costumbres. Alguna vez escuché a un pastor protestante de Tizimín decir que para salir de pobre había dos caminos: el primero meterse a boxeador y ganar un campeonato mundial y el otro tomar un curso sobre cuestiones eclesiales e inaugurar su propio templo. El clérigo tenía razón porque los requisitos para abrir un local o templo religioso son mínimos, cualquier persona sin estudios teológicos puede rentar un local e inscribirlo en la Dirección General de Asociaciones Religiosas y Culto Público. Sin ofender a nadie, usufructuar una asociación religiosa es un verdadero negocio.
Esta facilidad permite que en el país existan, según la página de la ya citada Dirección de asuntos religiosos, un total de 102,368 expresiones cristianas que corresponden a 3,771 denominaciones.
Dentro de esta extensa numeralia (aplauda), la Iglesia de la Luz del Mundo, cuyo guía espiritual se encuentra recluido en prisión en el vecino país del norte, es la primera de raíz mexicana y tiene presencia mundial. El fundador de ésta fue un soldado carrancista, Eusebio Joaquín González, único dirigente de esta iglesia que ha salido indemne de la esculca de escándalos; sus herederos, en menor o mayor porción, no han escapado de la sospecha de abusos monetarios y sexuales.
Ninguna fe puede prosperar si no tiene como paraguas el poder político y no cuenta con líderes muy duchos. Independientemente, la pluralidad religiosa es un derecho ejercido a plenitud, la libertad de culto permite a todo ciudadano creer del modo que más le convenza. Lo sustancial es la vigilancia de los derechos humanos de los crédulos.
Tengo la impresión de que el estado laico actual tiene columnas débiles. Y eso no es bueno para la convivencia, la religión en el poder siempre termina en fundamentalismos.