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En 1955, Manuel Bartlett Díaz tenía 19 años de edad, su padre Manuel Bartlett Bautista en ese año salía huyendo con lo que tenía encima por la puerta trasera de la Quinta Grijalva, residencia oficial de los gobernadores tabasqueños. El efímero gobierno de Bartlett Bautista estuvo cargado de intrigas y pleitos partidistas que le hicieron casi imposible gobernar. Estudiantes, agricultores, ganaderos, cacaoteros y comerciantes se alzaron contra el que había sido ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Su gran error fue declararse alemanista precisamente en la tierra de Tomás Garrido Canabal y el chiapaneco avecindado en Tabasco Carlos Alberto Madrazo Becerra. Durante muchos años, Bartlett, el villano de la Comisión Federal de Electricidad, se consideró tabasqueño por los cuatro costados. Don Alfonso Taracena, el mayor historiador de la vida política de ese estado, da cuenta de anécdotas y hechos históricos de este fallido gobierno.

Manuel Bartlett Díaz nació en la política de altura. Lo traigo a colación en esta nota porque se me hace el vivo ejemplo de una biografía política contemporánea fascinante de cabo a rabo. Académico probado, polemista, con cargos públicos de renombre que le permitieron vivir de forma holgada y hasta lujosa. Su participación en la llamada “caída del sistema”, de la cual fue actor principal, lo colocó como el villano de la película, pero como sea logró que Salinas de Gortari llegara a la grande, dejando en el camino a Cárdenas y a Maquío. En la edición del 7 de julio de 2017 del periódico Reforma, el susodicho admitió que las elecciones se perdieron y la “caída del sistema” se realizó en contubernio con el Partido Acción Nacional. Como sea, él sabe la verdad.

Bartlett es un gran realizador de la suerte charra “el paso de la muerte”, salta de caballo a caballo en plena carrera y lo hace muy bien, nunca se ha quedado sin chamba. Montó buen caballo con Miguel de la Madrid, saltó a tiempo a otro cuadrúpedo con Salinas de Gortari, con una travesurilla del superpoderoso mexicano francés Córdova Montoya, amparado en un acta de nacimiento apócrifa, se hizo gobernador del Estado de Puebla.

De todos estos triunfos le queda la arrogancia, pero a sus 84 años se ha convertido en el colaborador incómodo del presidente. Todo indica que es un alfil próximo a sacrificar para estabilizar las estrategias políticas energéticas. La CFE se ha convertido en enemigo de todos, de los hombres de a pie, así como de los que generan dinero, su desprecio hacia las energías alternativas no es gratuito, éstas no dan tantas cifras.

Los desaguisados de su vástago al vender a sobreprecio los ventiladores para el Covid-19 no son casuales, detrás de él hay una larga cola de corrupción que continúa con sus hombres de confianza.

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