Nuestros maestros
Verónica García Rodríguez: Nuestros maestros.
Desde el principio de los tiempos, los seres humanos hemos tenido la necesidad de aprender para sobrevivir y uno de los mejores ejemplos de este maravilloso proceso podemos apreciarlo en los niños, quienes a lo largo de su desarrollo mantienen la magia del asombro, desde el momento de ver la luz por primera vez y reconocer el rostro de mamá, hasta escuchar el canto de los pájaros y saber que anuncian el día.
Todos hemos vivido esas maravillosas experiencias que se complejizan conforme crecemos. Con la adolescencia, el asombro por cada nuevo aprendizaje, sin darnos cuenta, se convierte en amargura y en rebeldía. Sin embargo, por fortuna, siempre contamos con personas que nos van acompañando a lo largo del camino, quienes, con su experiencia y sus palabras, son como la luna que ilumina el sendero y nos evita perdernos en la oscuridad del bosque.
Nuestros maestros son aquellos que con amor no dan los pequeños escalones para subir por la escalera de la vida. Muchas veces, así como las madres y padres juegan un papel fundamental, existen personas que sin saber por qué, nos brindan las enseñanzas necesarias, en el momento adecuado, que se vuelve punto de partida para la construcción de la libertad.
Paulo Freire claramente nos dice que los maestros no son aquellos que despiertan en los individuos la necesidad de romper la opresión de la que son sujetos, a través de la curiosidad y el aprendizaje. “Nadie puede encender la vela que ilumine a alguien más”, dice Harold Bloom, sin embargo, en ocasiones, una palabra, un gesto o, simplemente, la sugerencia de una lectura: una experiencia positiva, puede cambiar el mundo de un aprendiz.
Así pues, los maestros son los que están en las escuelas, pero no únicamente están en ellas; los maestros se encuentran en muchos contextos y se dan a notar en los tiempos de crisis como sucedió durante la pandemia, quienes, a pesar de las circunstancias adversas, la incertidumbre y miedo, que también vivieron, desarrollaron estrategias, según sus propios recursos para ayudar a que la rueda del conocimiento siga girando.
Por eso, la revista Lectámbulos, dedica su edición mayo a “Nuestros Maestros”, aquellos que de forma anónima nos compartieron sus conocimientos en las cosas más sencillas y cotidianas, pero vitales, y a quienes decidieron profesionalizarse para dedicar sus días a la enseñanza, y quienes sin saberlo marcaron nuestras vidas para siempre. A todos ellos muchas felicidades. Y, si les interesa el tema, pueden acercarse a https://lectambulos.com.