Rosario Sansores: más allá del romance
Verónica García Rodríguez: Rosario Sansores: más allá del romance
Estas noches cálidas nos invitan a buscar la brisa del mar y regalarnos un poquito de romance, donde la poesía es un ingrediente infalible, y quien lo sabía bien es la escritora romántica yucateca por antonomasia, Rosario Sansores. Basta leer: Cuando tú te hayas ido / Me envolverán las sombras / Cuando tú te hayas ido / Con mi dolor a solas / Evocaré este idilio / Con sus azules horas / Cuando tú te hayas ido / Me envolverán las sombras.
Este poema, musicalizado por Carlos Brito Benavides, dio como resultado el pasillo Sombras —como se dio a conocer— que se convirtió en uno de los temas más cantados en el Ecuador. Por eso, a pesar de que Rosario Sansores es admirada en toda América, pocos saben que es mexicana y mucho menos, yucateca.
Rosario Sansores se casó a los catorce años con el cubano Antonio Sanjenís, con quien se fue a vivir a la Habana. En 1918, ya viuda, volvió a nuestro país. Fue precursora en México de la crónica de Sociales en los periódicos Hoy y Novedades. Escribía y publicaba su poesía que se resistía a las tendencias modernas del siglo XX.
Para conocer su obra, podemos comenzar leyendo Diez años de juventud, que reúne un conjunto de relatos breves y ligeros que van de Cuba a Yucatán. Sus historias son protagonizadas por mujeres, aparentemente ingenuas, pero que responden a la mirada de una época y que se atreven a hablar de lo que piensan y sienten. Mujeres que creen en el amor a primera vista: Soy lo que el mundo llamaría una mujer de experiencia: me he casado dos veces y no tengo la menor intención de hacerlo por tercera vez. He aprendido muchas cosas y prefiero mi dulce matrimonio con su rutina diaria.
Así se describe Marisol Pravel, protagonista del cuento Amor a primera vista, quien al salir de la oficina de correos es abordada por un hombre, por supuesto, joven y guapo, que se ofreció a llevarla en autómovil: En aquel momento, olvidé mi experiencia, que sólo me ha servido para proporcionarme ratos de amarga desconfianza y de recelo. Olvidé mi viudez austera y solitaria, mis teorías recalcitrantes sobre el amor. Impresionada y nerviosa, aceptó.
Leer a Rosario Sansores me hace pensar en lo que las mujeres hemos ganado en nuestras batallas de vida y también en lo que hemos perdido. Vale la pena, sin duda, leerla, releerla y leerla entre líneas, ya que fue una mujer que en vida, en palabras de Beatriz Espejo, demostró que es posible salir adelante a fuerza de voluntad construyéndose un cuarto propio, como diría Virginia Wolf. Mantuvo la disciplina para sostener sus colaboraciones cuatro décadas; en una época aun más difícil para las mujeres.
Describió un país aparentemente tranquilo y recogió cultura, costumbres casi desaparecidas, atuendos, decoraciones y hasta platillos y bebidas que han caído en desuso; sin embargo, eran una realidad compartida elevándose hacia un cielo hueco que llegaba a regiones profundamente azules. Diez años de Juventud forma parte de la Biblioteca Básica de Yucatán de la Segey y pueden descargarlo en http://unidadeditorial.yucatan.gob.mx