Herencias de la Edad Media (y II)

Víctor M. García de la Hoz: Herencias de la Edad Media (y II)

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Continuando con la revisión de algunas de las curiosas herencias que nos quedan de la Edad Media, es posible mencionar que ante la falta de ordenamientos formales sobre la circulación, el desorden siguió un tiempo y con el nacimiento del automóvil empezaron los accidentes, pues nadie sabía por qué lado de la calle circular, además, de los diferentes fabricantes de automóviles no se ponían de acuerdo acerca de qué lado del auto poner el volante (Ford lo puso del lado derecho).

En 1924 en España se emitió el decreto de que los vehículos debían circular por la derecha, lo cual fue adoptado por prácticamente todos los países del orbe, excepción hecha de aquellos bajo la influencia o control del Imperio Británico, que siguieron manejando por la izquierda.

De esa misma época nos llega la costumbre de saludar de mano. La mayoría de la población era diestra, por lo que para dar una muestra de paz, los caballeros se saludaban con la mano derecha tomando ya sea la mano, muñeca o antebrazo del otro, como una señal de paz: “te entrego mi mano derecha para que veas que no tengo arma empuñada en tu contra”.

De origen similar era el saludo tipo “militar” levantando el brazo derecho extendido mostrando que no había arma en él, aunque en este caso era más para expresar respeto y reconocimiento a la persona saludada, por eso era usado en la milicia.

Decían nuestros abuelos que es de gente educada quitarse el sombrero al entrar a una casa. Aunque el uso del sombrero prácticamente ha desaparecido en las grandes ciudades, hoy podemos decir que en su lugar se usa la gorra y debemos aplicar la misma consideración a esta interesante muestra de “educación”. Esta costumbre también nos llega de aquella época en la que los caballeros medievales usaban armaduras como indumentaria de batalla y un elemento importante de esa vestimenta era el casco, o yelmo, para protegerse la cabeza. Cuando un caballero entraba en una casa o recinto, era importante quitarse el casco en señal de: “descubro mi cabeza, pues reconozco que en este lugar se vive en paz y no seré atacado”. Una variación de esta costumbre sucedió cuando los caballeros de la edad moderna saludan levantando ligeramente su sombrero, como un verdadero gesto de educación.

En otra ocasión hablaremos de costumbres medievales de higiene, comida y vestimenta, pero ahora ya sabemos de dónde nos llegan esas costumbres que (quizás) todos practicamos, aunque no sabíamos porqué.

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