De singular importancia han resultado las jornadas de integración e identidad que cada dos años tienen lugar en nuestra máxima casa de estudios, como parte del programa Conoce tu Universidad. Este nombre, cuya acción remite a la idea de un convite al que puede acercarse el que desee, parece darle sentido al lema Somos universitarios, que guía este proyecto, dirigido a trabajadores académicos, manuales y administrativos, que, con sus familias, se dan la mano mediante una convivencia horizontal con quienes dirigen la UADY, encabezados por el rector José Williams. El escenario se mueve en los campus disciplinarios que aglutinan distintas facultades, las preparatorias y otras entidades como la Unidad Interdisciplinaria de Tizimín.

Vale la pena destacar que si bien el propósito de estas actividades es el fortalecimiento de la integración de la comunidad universitaria en general, y de los campus en particular, así como contribuir a robustecer la identidad y el orgullo de pertenecer a la Universidad, en nuestra opinión, estas atinadas jornadas que combinan tareas lúdicas, deportivas y gastronómicas, que congregan a todos con sus naturales acuerdos o contradicciones, propios de la vida universitaria, rompen con el mito referente a los temidos riesgos políticos que entrañaban los conglomerados universitarios numerosos, después de los sucesos de 1968, razón por la que se prefería edificar facultades aisladas, sin entorno de intercambio.

A propósito de la vida universitaria, como se nombra esta columna, debo confesar que lo tomé prestado de una sección de la Revista de la Universidad cuando era dirigida por el abogado Conrado Menéndez Díaz, y en cuyos párrafos se resumían acontecimientos relevantes ocurridos en nuestra Alma Mater, a cargo de Renán Irigoyen Rosado, Rodolfo Ruz Menéndez y otros universitarios que con esmero literario daban cuenta de lo ocurrido cada bimestre que editaban la Revista. Llaman la atención, sin embargo, las pocas referencias que hacía aquella sección a convites entre trabajadores y directivos como los que ahora describimos. ¿Acaso hemos comprendido la importancia que tiene la construcción de comunidades universitarias, con identidad y sentido de pertenencia colectivas, como motor de la acción docente, investigativa y de divulgación?

Transitamos a una nueva época donde la Universidad se percibe como institución de acciones conjuntas, ya que los buenos resultados arrojados hace dos años y los actos celebrados el año en curso, con resultados positivos, tanto en el Campus de Ciencias Exactas como en la Unidad de Tizimín, hacen pensar asertivamente a propósito de los nuevos caminos que recorre la UADY.