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No somos seres humanos en
una travesía espiritual, somos seres espirituales
en una travesía humana
Stephen R. Covey

He escuchado muchos comentarios acerca de la inteligencia emocional y de la importancia que tiene para todo individuo reconocer sus emociones y las de los demás para identificar los distintos sentimientos que se presentan a lo largo de la vida, ya que de esta manera, según plantean los expertos, es posible guiar el pensamiento y regular la conducta para alcanzar el bienestar y los objetivos personales.

En los dos últimos años he visto mucha difusión de todo lo relacionado con las emociones, tanto en los programas escolares, como en las redes sociales y medios de comunicación, gracias a ello hoy sabemos que no solo es importante el coeficiente intelectual, sino también la inteligencia emocional, ambos deben interactuar como socios e ir de la mano positivamente.

Pero esta idea quedó un poco inconclusa para mí cuando un nuevo libro llegó a mis manos y de manera sugerente envolvió mis pensamientos, atrapó mis emociones y me hizo cuestionar y dudar acerca de lo poco que he aprendido en los no muchos años de vida que tengo.

Se llama “Inteligencia espiritual”, el autor es David Fischman, un Ingeniero Civil peruano con maestría en Administración de Empresas, quien ha dedicado una buena parte de su vida a estudiar la dimensión espiritual del ser humano. Él asegura que cada uno de nosotros tiene un ser elevado que es nuestra verdadera identidad. El problema es que casi todos nosotros andamos inmersos en una amnesia colectiva, la cual se presenta a raíz del tiempo que invertimos en luchar para salvar nuestros roles cotidianos, esos que están dominados única y específicamente por el ego.

Entonces cuando alguien te pregunta: ¿quién eres?, es seguro que responderás con tu nombre, si te hacen de nuevo la pregunta es probable que digas algo como: soy ingeniero, soy jefe de marketing de tal empresa, soy padre, soy madre, soy el hijo de, soy miembro de la sociedad de padres de familia, soy la esposa de, el esposo de, el amigo de, o algo por el estilo.

Pero esas respuestas son simplemente roles, puede que sean muy importantes, pero no representan tu verdadera identidad. David Fischman propone desarrollar una inteligencia más allá de la intelectual y la emocional, se trata de la inteligencia espiritual, ésta permite al individuo elegir al ser elevado, haciendo de lado el ego.

Elegir el ser elevado implica actuar y proceder inspirado en el amor, en la paz y en la tranquilidad, tomando conciencia de nuestro ego, reconociéndolo y aprendiendo a dominarlo, quitándole el control.

Todos los seres humanos somos espirituales, pero lo hemos olvidado, vivimos envueltos en una amnesia colectiva que nos arrastra a proceder dirigidos por el ego, sin recordar a nuestro ser elevado, nuestra verdadera identidad.

Ahora te pido que te tomes un tiempo y te preguntes a ti mismo: ¿quién soy?, y no te limites a responder con los roles que te has impuesto gracias al ego, busca en tu interior, porque allí se esconde tu verdadera identidad, ese ser elevado, que actúa con inteligencia espiritual, que busca la paz, el amor y la tranquilidad.

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