La Escuela de la Grandeza
Adriana Marín Martín: La Escuela de la Grandeza.
Ayer platiqué por largo tiempo con una persona a quien admiro mucho, ya que es alguien que ha demostrado una verdadera grandeza ante la adversidad. Y no pude evitar preguntarme mientras la conversación transcurría ¿por qué algunos seres humanos son buenos, pero otros son excelentes?, ¿qué es lo que determina que haya quienes hagan las cosas bien, pero otros las hagan mejor?
Sin lugar a dudas, es muy fácil para algunos decir ¡sigue adelante, no te detengas, da tu mejor esfuerzo!, pero en muchas ocasiones olvidamos que el horizonte no se ve igual para todos. Es probable que opinemos y demos puntos de vista inspirados en el camino que nos está tocando recorrer, pero dejamos de lado que hay diversos panoramas que no conocemos.
Tengo que aceptar que a lo largo de los años he aprendido que el valor de las personas no se puede medir a través de un catálogo; he asimilado que los seres humanos somos especialistas en sorprender a nuestros semejantes de un modo espectacular, teniendo en el momento menos esperado un as bajo la manga, que al mostrarlo devela incontables secretos… algunos acarician el alma, otros arrugan el corazón.
Podemos opinar y dar nuestro punto de vista ante diversos panoramas, pero tal vez sería adecuado por un momento pensar y analizar ¿qué haría yo si estuviera en tal situación? Los que juzgan abundan en la vida, pero los que aportan se encuentran en peligro de extinción. La empatía sería el antídoto perfecto para esto.
Me complace ver a la gente que se esfuerza logrando sus objetivos, me gusta saber que aquel que remó contra la corriente llegó a su destino, que a pesar de haberse visto frente a un panorama desalentador, hay gente que vive con alegría, emprendiendo día a día un nuevo proyecto, que el desánimo, la adversidad, las dificultades y todo tipo de revés no fue suficiente, para opacar ese brillo que caracteriza a un ser especial.
Cuando me encuentro con gente que continuó su camino a pesar de todo, y que logró salir adelante con la frente en alto y con la mejor actitud, me siento afortunada, porque esas personas me inspiran a amar más la vida, a aferrarme a mis sueños y a luchar por mis anhelos.
Recuerdo que hace un tiempo me encontré en un libro una historia así, de esas que te sacuden los sentimientos y te desafían para ir por lo que quieres. Se llama “La Escuela de la Grandeza”, su autor es Lewis Howes, a quien en su momento Barack Obama reconoció como uno de los más importantes emprendedores jóvenes de Estados Unidos.
Lewis Howes invita a sus lectores a llenarse de conocimientos, a inspirarse en los mejores, en los más destacados, para absorber de ellos todo aprendizaje. Así lo hizo luego de que una lesión lo dejó imposibilitado para continuar con su exitosa carrera en el fútbol americano profesional.
Lewis se comprometió con su misión, se enfocó en sus objetivos y fue por ellos, dejando de lado las dificultades, los embates, las tormentas y los comentarios que lo tiraban hacia abajo. Esa es la verdadera ESCUELA DE LA GRANDEZA, esa de la que todos debemos aprender una lección cada día.